miércoles, 2 de diciembre de 2015

Octogenarios: Allan Stewart Königsberg

Gracias a la cultura popular sabemos que los bichos malos sobreviven hasta en el peor de los escenarios, pero que Woody Allen haya alcanzado los ochenta sintiéndose morir desde el primer día tiene su mérito.
Allen lleva decenios avisándonos de todos sus males (tal vez por eso no le guste ninguna de sus películas), pero no le creeremos del todo hasta que lo veamos palmar. Entonces, nos daremos de bruces contra una pantalla de cine callada para siempre y aceptaremos, con resignación, que su angustia y sus obsesiones nos han regalado algunos de nuestros mejores momentos.
Pie de foto: Woody Allen. Sitio web de la imagen.


El comienzo de la histórica “Manhattan” (Woody Allen, 1979)

14 comentarios:

  1. Leí hace poco en una entrevista que le hicieron al genio de Manhattan:

    “Cuando miro atrás, en mi vida, siento que he tenido mucha suerte de haber cumplido mis sueños de infancia. Quería ser actor de cine y lo he sido. Quería ser cómico y director de cine y lo he sido. Quería tocar jazz en Nueva Orleans y he tocado en desfiles y tugurios en Nueva Orleans. He tocado en teatros y salas de conciertos por el mundo. No hay nada a lo que haya aspirado que no haya cumplido. Pero a pesar de todas estas bendiciones, ¿por qué sigo pensando que me han estafado?”

    Esto consuela, al menos, para los que no hemos podido realizar ni el simple sueño de ligarse a aquella guapa vecina que tendía la ropa con el pelo recogido sobre el cielo más azul del pasado. Luego te dices lo que se decía el viejo Woody:

    “Y me pregunto si un
    recuerdo es algo que
    tienes, o algo que has perdido.”

    Un abrazo desde las nubes de Manhattan, amigo mío.

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    1. El maravilloso escepticismo de Allen. Buenos apuntes, amigo. Un abrazo

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  2. ¡Y qué lo digas, Jose Luis! ¡Qué buenos momentos nos ha regalado este hombre!

    Esos minutos iniciales de Manhattan son de reclinatorio. Gershwin ayuda mucho la verdad..pelillos como escarpias.

    Un beso

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    1. Manhattan inolvidable. Te lo dice alguien que sólo lo conoce a través de los ojos de Allen. Besos

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  3. El colmo para el Sr. Allen es haber nacido el día que se celebra la lucha contra el sida... Empecé a amar el cine de Allen un poco tarde, pero la dicha ha sido muy buena.
    Hasta sus créditos son especiales siempre.

    Un beso

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    1. Es único. Al principio no soportaba esos diálogos vertiginosos. Me perdía en sus giros, en sus dobles sentidos, en las palabras de distintos personajes que se van solapando... Pero cuando uno va al cine a ver una Allen sabe perfectamente lo que va a ver. Sello propio. Besos

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  4. No sé si ha dejado mejores citas o películas para la posteridad: «No quiero alcanzar la inmortalidad mediante mi trabajo, sino simplemente no muriendo». Yo creo que de alguna forma ya lo ha conseguido.

    Un saludo, José Luis.

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  5. Tú primer párrafo no tiene desperdicio, José Luis. Oportuno y bien traído este homenaje al antihéroe, como dicen por ahí.
    Imposible no citarlo;

    "Odio la realidad, pero es el único sitio donde se puede comer un buen filete"

    Besos.

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  6. Un hipocondríaco que nunca muere, y cuando lo haga(que sea tarde), será porque su salud le juegue la peor jugada de su vida. O la mejor, ¡quién sabe!.

    Saludos

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  7. un día le preguntaron si no le apetecía por curiosidad hacer algo distinto, como una película del espacio, un peplum colosal o una de batallas entre submarinos...
    la respuesta ....no, ni hablar, no podría, sería desastroso, en las de submarinos hay que repetir la orden de lanzar los torpedos sería un caos, provocaría alguna nueva guerra mundial, en la del espacio la nave chocaría a los cinco minutos...sería un desastre, me marearía... y en una de romanos con dos mil extras, no sabría que hacer, aunque ahí tal vez tendría una ventaja...en esa época había filósofos que seguro que cobraban menos que mi psicoanalista...un abrazo

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