jueves, 15 de diciembre de 2011

Hambre de letras

Dicen que somos lo que comemos.
A veces, temo que todas las personas que devoran libros terminen convirtiéndose en auténticos personajes de ficción.
Pie de foto: Atrezzo. Martínez Clares, 2011.

19 comentarios:

  1. ¡Uy! Y yo que me defino como verbívora... ¿Podré al menos elegir el personaje? ;-)
    Estupenda reflexión, José Luis.

    Un abrazo.

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  2. Jajaja, muy buena reflexión...Tendré que pensar que tipo de personaje soy...

    Besos desde el aire

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  3. Efectivamente asi es porque sobre todo somos lo que leemos...y no me arrepiento de ello
    Un abrazo

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  4. Son los lectívoros, también llamados bibliófagos. Padecen un febrícula conocida como calectura. Aun de pequeños se les reconoce como lectantes.

    Me temo que tienes cara de ser uno de esos, José Luis.

    Un abrazo

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  5. MJ: lo de "verbívora" es una genialdad. me encantó cuando lo leí. Un abrazo

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  6. Rosa: en muchos relatos de tu blog hay personajes sugerentes.... Besos.

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  7. Juanjo: yo, a veces, si me he arrepentido de leer algo. Pero, si te das cuenta de ello en las primeras diez páginas, me aseguran que generas los anticuerpos suficientes para no enfermar. Abrazos

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  8. Miguel: ¿Por qué el virus de la lectura no es contagioso? ¿No se merecería un buen poema terminar convertido en pandemia? ¿Acaso no es la poesía una bacteria feroz que va devorando los cerebros de quienes la cultivan? ¿Qué remedio podemos tener nosotros? Dime algo, Miguel. Abrazos

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  9. Amigo José Luis, creo que tienes la razón. Es un virus, o debería serlo. Y ojalá acabara en pandemia. Este último comentario tuyo me ha gustado tanto como la entrada inicial. La lectura es pasión o no se entiende. Y la pasión, además de vivirse, puede comunicarse. De todas formas, aunque este virus tarde más en ser inoculado, estoy seguro de que los contagiados ya lo son para siempre.

    Un abrazo!

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  10. Joaquín: tienes toda la razón. No existe constancia de ninguna curación. Estamos perdidos. Abrazos

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  11. Así me siento las más de las veces, amigo José Luis, quijotizado en un mundo que no tiene de real más que ese lugar común con que se le designa.

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  12. Creo que sí es un virus contagioso. ¿Por qué empezamos a leer? Porque alguien nos inoculó una idea, una frase, un verso. Si leen tus padres, tus profesores, tus amigos, tus hermanos... acabas rindiéndote a la enfermedad. Por cierto, ¿se puede comer un e-book, es igual de digestivo?

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  13. Amigo Juan: ha dado en el clavo vuesa merced. Abrazos

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  14. Rafael: aún no he probado semejante cosa, pero me suena a un nuevo invento diabólico del Bulli. Saludos

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  15. He tenido temporadas en las que he devorado libros. Era como una necesidad. Consumía horas al día. Creo que el virus transmisor fue el cine. Una cosa trajo la otra. La necesidad de vivir esas historia. Reconozco que últimamente estoy algo desganada. Lo que tengo muy claro es que ningún virus me contagiará la necesidad de devorar e-books.

    Un beso

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  16. Myra: no pierdas el apetito. Somos muchos los que hemos llegado a la literatura a través del cine. Por eso, nuestras palabras están repletas de imágnes. Un beso

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  17. Leer es positivo, y si además, nos enriquecemos con ello, bienvenido sean los libros.

    Me gusta leer, aunque últimamente no he podido y tengo un libro por la mitad.

    Un beso.

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  18. Me ha encantado este texto, buenísimo.

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