miércoles, 19 de septiembre de 2012

Falsas apariencias

Quien haya tenido la suerte de leer a Muñoz Molina sabe que nos encontramos ante un gran observador, uno de esos autores que camina absorto por la cotidianidad para después ponerla ante los ojos de aquellos que no miramos con tanta vocación. Y es que, como nos explica en Las apariencias, “mirar es una vocación solitaria de conocimiento y viaje”. 
Pero, en realidad, nadie está solo del todo cuando se sienta ante una pantalla o ante un libro, o cuando nuestros ojos se quedan atrapados en la mirada de otra persona que también nos mira, o cuando éstos comen, temen, desean o conjeturan. 
Quizá para unos ojos expertos no existan las falsas apariencias, porque saben ver los matices que la conducta humana esconde y nos sugieren que todo lo que aflora a la superficie dice de nosotros mucho más que nuestras palabras. 
Pie de foto: El desplante. Martínez Clares, 2008.

25 comentarios:

  1. Hay un lenguaje no verbal que inevitablemente nos delata. Quizás ese gesto, una mirada furtiva, la sonrisa que se nos escapa en un rictus..
    Antonio Muños Molina ,como el anfitrión de éste espacio saben mucho de eso.

    Besos desde la otra esquina

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El lenguaje no verbal es, en ocasiones, el verdadero lenguaje. Los que nos alimentamos de cine lo sabemos muy bien. Besos

      Eliminar
  2. He tenido la suerte de leer a Muñoz molina
    Por otra parte soy de los que creen que no existen las falsas apariencias,sino las malas interpretaciones de la realidad
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ojos que no miran bien o que aplican a todo lo que ven aquello que vieron antes en otra parte. Hay que mirar sin prejuicios, aunque eso, lógicamente, es imposible. Un abrazo

      Eliminar
  3. Disculpa mi ignorancia, no lo conozco, y abundando en la misma sospecho que dedicar excesiva atención a posturas y gestos, que no dejan de ser anecdóticos y circunstanciales, dan una información sesgada del individuo que sólo se acaba conociendo en su "globalidad", si es que se conoce.

    Me sumo a la opinión de Juanjo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también me sumo a esa opinión. Mirar es conocer y también equivocarse. La vida, amigo Sergio, se me antoja un contínuo ensayo-error. Abrazos

      Eliminar
    2. ¿Crees que al final aprenderemos algo que realmente nos "sirva"?.
      Saludos.

      Eliminar
    3. Los aprendizajes útiles. Alguno habrá por ahí, aunque aún no le hayamos encontrado la utilidad.

      Eliminar
  4. Dice Montaigne que "la costumbre borra el verdadero rostro de las cosas." Las cosas habituales se vuelven imposibles de conocer. Basta con que te acostumbres a ver algo para que dejes de verlo, y es entonces, cuando a fuerza de no mirar, uno se vuelve ciego. Dice George Orwell que "ver lo que tenemos delante de nuestras narices requiere una lucha constante." Lo peor de nuestra época es la falta de atención, la dispersión, el ir de un lado a otro sin ver absolutamente nada, sin la suficiente paciencia para entender las cosas.La observación nunca es instantánea. El ojo necesita tiempo para entender lo que ve. Necesita una vacancia de atención, un dejar que nuestra mirada en reposo reciba y archive las imágenes del mundo. "El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible." Oscar Wilder.
    Aprender a ver es el más largo aprendizaje de la vida.
    Saber mirar, ése es el secreto.

    Sí,me gusta mucho Muñoz Molina y su libro Ventanas de Manhattan,otro prodigio de la observación.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No puedo añadir nada más. Sólo decirte que, sin haber cruzado el charco, conozco Nueva York como la palma de mi mano. Mis ojos no lo han visto, pero Muñoz Molina lo miró por mí. "Ventanas de Manhattan" es, quizá, Nueva York en un papel. Abrazos

      Eliminar
  5. El problema es que mi ojo, aunque no deja de trabajar no es muy experto. Mira, escudriña,busca con el rabillo...En ocasiones algo detecta,pero otras termina vago.Sin embargo a algunas conclusiones llega.Por ejemplo que el atento observador Muñoz Molina supo elegir muy bien. Me encanta Elvira Lindo. Y la obra de ambos también. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mirar es hoy un trabajo agotador porque los estímulos son muchos, demasiados. Para mirar tal vez haya que dejar de ver. Cuando alguien reclame tu atención perdida, cuando hayas desaparecido momentaneamente de esa realidad incansable que acapara siempre tu atención, entonces estarás viendo algo, habrás quizá mirado lo que otros no ven. Ya lo dijo Rosendo: "No pienses que estoy muy triste/ si no me ves sonreir,/ es simplemente despiste,/ maneras de vivir. Mirar es vivir desde fuera, ser un espectador y a la vez estar dentro de la historia. Abrazos

      Eliminar
  6. En estos tiempos donde todo nos entra por los ojos la mayoría miramos sin ver. Tenemos que entrenar a nuestros ojos para ver.

    Besos desde el aire

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y para colmo tú lo ves todo desde el aire, que es, qué duda cabe, un lugar privilegiado para ejercitar la mirada. Besos

      Eliminar
  7. Observar es uno de los métodos de aprendizaje que más practico. Observar la vida, seguir la huella de quien me aporta cosas.

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Somos rastreadores por vocación. Seguimos el rastro que van dejando nuestros predecesores. Ése es nuestro destino. Besos

      Eliminar
  8. Nunca he creido que la primera impresión al conocer una persona sea la verdadera, aunque a veces coincida. La observación es fundamental, prefiero "ver" que no "mirar" y "escuchar" que no "oir". Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nunca hay que quedarse con la primera impresión. Hay que seguir observando hasta que esos desconocidos formen parte del atrezzo de nuestra vida. En el blog "Confesiones de un lunático", el amigo Juanjo aborda esta cuestión partiendo de unas impresiones de Javier Marías. Te dejo el enlace. A mí me encantó. http://imbecilindomable.blogspot.com.es/2012/09/los-figurantes-borrosos.html
      Besos

      Eliminar
  9. ¿Cuánto tiempo es preciso mirar/escuchar para desnudar de apariencias las cosas? Al final todo se reduce a tiempo, a intensidad, a interiorización de la cosa observada, cada vez más puesto que son mayores las apariencias de que se disfrazan los objetos, los rostros, las noticias… Si las apariencias engañan y todo es apariencia, todo es engaño. Un abrazo. (Recomiendo la lectura de “Ventanas de Manhattan” con un plano de Nueva York al lado: el efecto es asombroso.)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Recibo ese guante del plano. Volveré sobre el libro porque, sin duda, lo merece. Es por darle más tiempo, por ir borrando las poses de su estilo y quedarme con lo esencial: lo que miró Muñoz Molina paseando las calles de Nueva York. Un abrazo

      Eliminar
  10. Estoy de acuerdo, JL. AMM es mucho escritor. Recogió el duende del magisterio granadino de esos grandes que han hecho leyenda en las letras castellanas. Él, ya lo es. Me quedo con la mirada del personaje de aquella novela, ”Plenilunio” que se desarrolla en la tranquila y bella Palencia de nuestro querido amigo JH. Todo lo que ocurre a través de la mirada de ese killer. Como observa a sus presas. Me encanta esa foto del toro de Osborne de “El desplante”, hermosa. Te recomiendo un link de mi blog, JC Barbera ——fotógrafo y buen amigo— extraordinario trabajo en su libro “Toro de Hierro”. Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Plenilunio es asombrosa. Una novela que marca época. Nunca las atrocidades tuvieron un sabor tan cotidiano, nunca la tragedia se esperó sin aspavientos, así, de esa manera silenciosa, tan estoicamente. El dolor, el horror, también padecen su poética. Qué cruda es la belleza en las palabras de Muñoz Molina. Abrazos

      Eliminar
  11. "Beatus Ille", un libro más que fascinante de Antonio Muñoz Molina. Coincido con vos, en que tiene una mirada única y necesaria. Arribo de rebote, luego de pasar por el espacio de Juan Herrezuelo, pero volveré.

    Saludos desde Argentina

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenido, Horacio. Si llegas desde el blog de Juan, seguro que traes las pilas cargadas. Volveremos a vernos por estos abrevaderos de la palabra. Saludos

      Eliminar