viernes, 28 de septiembre de 2012

La antesala del deseo

Buñuel siempre prefirió desear antes que poseer, porque sentía que poseer es una forma fulminante de matar el deseo, igual que saberlo todo es una manera fulminante de apagar una mirada. 
Pie de foto: Fernando Rey en una escena de Viridiana. Edición de Martínez Clares sobre fotografía de José F. Aguayo, 1961.

18 comentarios:

  1. El ansia no quema todo.
    Mucho mejor el misterio y el deseo, sin dudarlo.


    Besos

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    1. Un pasito antes de cualquier parte. No puedo imaginar un lugar mejor. Besos

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  2. El deseo jamás alcanza su auténtico objeto: conduce al olvido, a la decadencia y a la muerte. Se puede desear mucho y siempre será demasiado poco. Pero lo que deseamos poseer siempre es demasiado. De un tiempo a esta parte practico a diario un rito de supervivencia: pienso que todo el pasado se reduce a la hora inmediata que acabo de vivir y todo el futuro se concentra en la hora siguiente que voy a gozar todavía. La eternidad son dos horas entre dos vacíos donde se ahogan los fracasos y los sueños.

    Un fuerte abrazo,amigo.

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  3. Seguro que así sobrevives a las inclemencias del tiempo. Dos horas es un tiempo prudencial para poder abarcarlo y, además, te permite estar siempre a un paso de tu pasado, a un paso de tu futuro. Abrazos

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  4. Pues buñuel tenia toda la razon,el deseo cuando es satisfecho ya no nos resulta tan excitante
    Un abrazo

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    1. Se debería denominar de otra forma. Es una sensación diferente, no menos importante, pero el torrente empieza a perder velocidad, dramatismo, si me permites. Un abrazo

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  5. Estoy de acuerdo solo en parte con lo que dice Buñuel. Cuando el deseo ya está conseguido puede que se pierda parte de el encanto, o del misterio, pero entonces empieza a asomar la felicidad, la plenitud.

    Un beso.

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    1. Totalmente de acuerdo. No obstante, no creo que Buñuel difiera mucho de esta aportación tuya. Buñuel se refiere -creo yo- al deseo sin matices, a esa potencia aristotélica que es muy capaz de sobrevivir sin su acto. Besos.

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  6. Viridiana es la única película que me gusta del director aragonés, el resto que he podido ver me dice más bien poco.

    Cuídate José Luis.

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    1. Una filmografía con altibajos, pero que merece toda mi admiración. Si ves una de Buñuel, puede estar seguro que estás viendo una de Buñuel. Abrazos

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  7. Llámese capricho u obsesión, tengo su mismo pensar.

    Muy buena reflexión. La imagen para im¡nmortalizarla, eso eera buen cine...

    Ann@

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    1. El deseo es obsesivo. De lo contrario, no es deseo. Aquí la mesura, la educación carece de sentido. Hay que despojarse de artilugios y comer con las manos. Besos

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  8. Francamente curiosa e interesante manera de afrontar el problema. Me da que pensar. Yo siempre creí que lo que ese personaje quiere es poseer, y como la cosa no llega, no hace sino alimentar el deseo de posesión. De ahí que con frecuencia apliquemos el adjetivo "enfermizo" a todo ello.No obstante tu perspectiva no es para nada descartable...Es más puede que tengas gran parte de razón. Te envidio. En tres frases consigues seducir y hacerme pensar. Un abrazo.

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    1. Creo que tu visión es exactamente la mía. El deseo de poseer es ese estado previo al que se refiere Buñuel. Sin la esperanza de la posesión, el deseo tampoco existiría. Abrazos

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  9. JL, un post de apenas ciento cincuenta y pico caracteres para definir el deseo. No puedo decir otra cosa; belleza ionosférica. Si Buñuel te estuviera viendo, sonreiría. No lo dudes. Abrazos y reverencia

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    1. Si Buñuel sonriese, debería echarme a temblar. El genio de Calanda tenía un sentido del humor terrible. Quizá acabaría por convertirme en una de sus obsesiones. Gracias por tus elogios, amigo. Abrazos

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  10. Como bien dices, en el momento que logramos el objeto de nuestro deseo dejamos de desear y sí, cuando no quedan cosas nuevas que descubrir, nuestra mirada se enturbia, y se vuelve insistente hacia otros horizontes. Me ha encantado tu entrada José Luis :)

    Besos desde el aire

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    1. Una mirada turbia, carente de deseo.. No quiero imaginarlo. Gracias por tu visita, amiga Rosa.
      Besos

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