Los libros de poesía se leen en un momento que puede durar casi toda la vida. Están por todas partes, siempre al alcance de la vista. Los he encontrado abatidos sobre la mesita de noche, relegados en los anárquicos estantes de un pasillo, olvidados junto a ese televisor siempre mal apagado. Uno pasa junto a ellos y recae. Los abrimos despacio, al azar, y descubrimos que es muy fácil recuperar su pulso.
Con la poesía se convive porque nunca se marcha del todo. En cambio, conozco novelas que se han largado sin dar demasiadas explicaciones. Un día cualquiera, de repente, se acaban con brusquedad, como si cayesen presas de algún giro paradójico de la historia, y nos dejan torpemente agarrados a un rastro que se va disolviendo entre otros rastros de la memoria. Nos quedamos con un libro ya callado para siempre en las manos, igual que aquella mujer de la habitación de un hotel de Hooper. Pero no hay remedio para el hombre que lucha contra el paso de los días y, con los años, se nos plantea la disyuntiva de volver sobre el relato y comprobar cómo ha tratado la vida a sus personajes. No me negarán que eso puede acarrear sus consecuencias, pues ¿quién no teme ensuciar el recuerdo de una historia que ya hemos sacralizado en la distancia? Quizás sea entonces cuando intuimos que es preferible añorarlas. Añorarlas del mismo modo que estoy añorando a Judith Biely o a Sophie Gottlieb, añorarlas igual que añoro a otros muchos personajes que se fueron de puntillas y juraron no regresar jamás.
Pie de foto: Habitación de hotel. Edward Hopper, 1931.
Siempre he sido mas de novelas y en muchas ocasiones he caido en la tentacion de relleer
ResponderEliminarEn algunos casos la relectura trajo consigo la decepcion pero en otras muchas volvi a disfrutar con un enano con esas lecturas que ya me habian cautivado en la primera ocasion
Creo que las buenas novelas envejecen con nosotros bastante bien
Un abrazo
Hay algunas por las que no pasan los años. Lo malo es que éstos si pasan por el lector.
EliminarYo también he releído un par de novelas con suerte dispar. Lo que si hago es tener muy cerquita aquellas que me apasionan, tocarlas y repasar algunos párrafos que significan mucho para mí.
Abrazos
La añoranza, solidificada en las páginas eternas de un libro, nos permite visualizar, a través de la transparencia dura del ámbar, el instante que quedó allí atrapado, en una burbuja de tiempo, como el insecto intacto, desde hace millones de años. Y en en la imposibilidad de rescatarlo, radica su belleza.
ResponderEliminarUn abrazo, hombre de Gor.
El hombre de Gor añora las páginas intactas dentro de su burbuja. Un abrazo
EliminarMuy pocas veces he vuelto a releer una novela que anteriormente me haya apasionado, no me ocurre lo mismo con el cine. Lo que sí tengo son libros de cabecera a los que me gusta acudir de vez en cuando para volver a leer determinados párrafos o incluso algún capítulo.
ResponderEliminarUn beso
A eso nos dedicamos, a no dejar del todo aquello que amamos. Un beso
EliminarSoy profano en materia de poesía, no tengo criterio, reconozco lo que me gusta cuando estoy delante como cierto arte contemporáneo, sin reparar en exceso en su verdadero significado, su técnica o complejidad, pero cuando llega dentro lo hace profundamente.
ResponderEliminarLeer un poema cegado por su calidad técnica, por su complejidad estilística o por su significado oculto viene a ser como saborear un vino y estar pensando en el agricultor que pierde la mañana eligiendo unas cepas adecuadas en cualquier almacen perdido de nuestra Castilla. Mientras haces eso, el aroma se te escurre y ya no regresa. Abrazos
EliminarTambien releo aquello que me hizo disfrutar, novelas en las que me perdí aún a sabiendas y he vuelto a hacerlo casi siempre con el mismo entusiasmo.
ResponderEliminarLa poesía me produce otro estado de ánimo. Las emociones son diferentes. Me relaja o me conmueve porque suelo leer aquello de lo que me gustaria escribir y no puedo.
Los libros de mi mesilla me arropan cada noche..
Un beso
Cómo abrigan, cómo abrigan. Besos
EliminarQue palabras más acertada en este post, que sentimientos tan compartidos! eres como el recuerdo de un libro ya leido y que ha marcado mi existencia, por esto Palabras Efimeras tiene que ser permanente! Un abbraccio
ResponderEliminarTodos tenemos un libro, unas páginas a las que recurrir. Abrazos
EliminarHay que volver a los libros, como a esa habitación de Hopper, siempre desnudos cada vez. Hace poco me pasó con Rayuela. Con los libros de poesía soy huesped habitual.
ResponderEliminarUn abrazo, José Luis.
Desnudos para no vestir las palabras. Abrazos
EliminarSE ha perdido el camino para promocionar la lectura porque se ha dejado de lado el carácter voluntario, enamorado, seductor de la actividad. Así cada uno conserva o desarrolla sus manías. Comparto, por ejemplo, que leí mucha poesía hace años y Machado, Bécquer, Martí y de las mujeres Gabriela Mistral, Sor Juana Inés de la Cruz, los místicos españoles me dijeron por siempre lo que quería oir. A sabiendas de que la prosa me permite usar lo poético como recurso y por necesidad expresiva, entonces empecé a leer más y más narrativa. Y la prosa poética me encarceló. Pero casi nunca regreso sobre un texto, me es imposible recordar frases o versos, por demás que considero es una tarea inútil y petulante, así que cargo con tres libreros inmensos en cada mudanza y siempre me repito que la vida tiene el latido de una excelente complidad: la lectura. Hoy soy en mucho una síntesis de personajes que van conmigo y me hicieron crecer en placer o desdichas compartidos.
ResponderEliminarYo tampoco soy capaz de recitar un sólo verso de memoria. Pero mantengo su aroma en mi olfato. Besos
EliminarUn texto rico en matices de sentimientos y sensaciones.Excelente.Creo que la lectura de un poema nacen conexiones con nuestras experiencias personales que conforman la parte del mundo que cada uno ha de descubrir por sí mismo.El poeta llega más lejos que el pensador en su resumen del tiempo o de la tarde; la poesía de las cosas que perdemos.La verdad de la poesía es un humo azul que el poeta ha fumado en vida.La poesía consiste en decir lo que es imposible decir.Me encanta este verso de Lorca: "...yo no soy un poeta, ni un hombre,ni una hoja,pero sí un pulso herido que ronda las cosas del otro lado". La poesía es "un arma cargada de futuro",como dijera Celaya.La poesía siempre es un arma cargada de futuro,pero de futuro poétioo y nada más.
ResponderEliminar"Ver el cielo de verano
Es poesía,aunque no esté en un libro-
Los verdaderos Poemas huyen-"
Emuly Dickinson
Y lloraba por nada el niño,creyendo que lloraba el poeta por todo.Poesía es el difícil descubrimiento de las pequeñas cosas que llevamos en los bolsillos.La poesía es divagación cosmogónica del vocabulario.Y no recuerdo en estos momentos quién dijo que la poesía es la religión sin esperanza.
Abrazos
Lorca lo sabía porque estaba rondado esas cosas que no solemos ver, las del otro lado, las que definen el perfil oscuro de la existencia. Esa es la poesía, el ojo que mira lo que no mira nadie. Abrazos
EliminarEl desorden en el que determinados personajes literarios van y vienen es algo digno de estudio. Muchos de ellos están ahí, aunque en ocasiones no recuerde bien en que repisa puse el libro. Pero el tipo estar está. Saludos
ResponderEliminarHay personajes literarios con mucha más credibilidad que los reales. ¿Quién podría dudar de las pesquisas más disparatadas de Sherlock Holmes?
EliminarUn abrazo