Se nos ha muerto Antonio Agudo. Me lo cuentan en voz baja y yo no acabo de creérmelo, porque a las noticias que llegan desde tan lejos es más fácil no darles crédito.
Apenas cuelgo el teléfono, y ya releo su antología poética. Sé que allí conviven para siempre sus últimas voluntades con su amor primero. Leo despacio para confirmar mis sospechas.
En la página sesenta y cinco, en versos breves como latigazos, dejó escrito que a Gor le toca todo lo que le pertenece por haber nacido: mi trozo de acera cuando paso / mi sombra de árbol (…), / mi salto de puente, / mi palmo de río. A ese pueblo ingrato al que regaló su infancia le deja también su caja de amor, su arco de olvido.
Antonio emigró a Barcelona hace muchos años, pero me cuentan que, ahora, a las calles de Gor han regresado el lamento turbio de las campanas y la memoria escrita de un hombre que partió siendo muy niño y que se nos ha muerto en plena madurez, indefectiblemente vivo.
Pie de foto: El poeta Antonio Agudo. Edición de Martínez Clares sobre foto de Antonio Arenas, para IDEAL de Granada.
No lo conocia, pero si amaba a Gor y era un buen poeta, se merece todos mis respetos
ResponderEliminarUn abrazo
Lo define muy bien Miguel en el comentario siguiente. Abrazos
EliminarEmocionante, telúrico y humano, este recuerdo tan sentido de un poeta de los que se "siembran" en su tierra y crecen lejos. Lo leeremos.
ResponderEliminarUn abrazo y un sentimiento.
Crecer fuera del nido y pasarte la vida regresando a él. Abrazos
EliminarDisculpa mi ignorancia, ni idea.
ResponderEliminar:(
Minoritario como la poética del día a día, tan local como una raíz sin aspiraciones de huída y popular como la música que nos acompaña siempre. No tenías motivo para conocerlo. Abrazos
EliminarComo quienes me anteceden en el comentario, no conozco la obra de este poeta, pero le siento muy próximo a ti y lamento la pérdida. Cuando muere un poeta las campanas doblan más que nunca por cada uno de nosotros. Un abrazo.
ResponderEliminarUn estremecimiento en la fuerza, en el vigor de las palabras. Abrazos
EliminarJL, hoy este país está más huérfano. La muerte de un poeta es una perdida silente e irreparable. No lo conocí, pero leyendo tus letras; los versos de Antonio y su obra no quedarán en balde (D.E.P), un abrazo
ResponderEliminarEstán aquí con los suyos, con los nuestros. Son versos escritos para pasear por las calles de su pueblo, entre sus gentes. Abrazos
EliminarNo sabía nada de este poeta, José Luis pero me uno a tu precioso recuerdo hace él. Qué bonitas sus últimas voluntades...
ResponderEliminarUn beso.
Sí. Uno no cree que pueda estar a la altura, llegado el caso, después de haber leído estas. Besos
EliminarLa muerte de un poeta es la muerte de una mirada única,de un universo personal que siempre nos llega como nuestro.Y lo único que puedo decir al respecto es emular las palabras del poeta:
ResponderEliminarmi trozo de rayo de sol que me atraviesa/mi nube que marca mi paso por la vida/mi trozo de cielo de verano al son de las golondrinas de la tarde/mis centímetros de infancia/mi fragmento de viñedos que me susurran con alas de avispas/mi ancha muerte.
Un fuerte abrazo.
Suscribo tus palabras. Un abrazo
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