En las cartas que escribe a Matilde Urrutia, Pablo Neruda le cuenta sus pequeñas cosas pues él las considera las realmente importantes: ciertos problemas con la VISA, los contratiempos de algún vuelo, esta noche fulminante que caerá sobre Estocolmo, la furibunda rabia que le asalta cuando constata que disfrutará de la belleza de Bruselas en la más absoluta soledad. De entre ellas, destaco por su ironía la postal que tiene por destinatario a uno de sus perros (Señor Donegal Urrutia N. Márquez de la Plata 0192 Santiago de Chile) en la que le saluda con un perfecto francés: “Bonjour, guau, guau”.
Resultan especialmente interesantes las cartas de la época de su amor secreto -descarado eufemismo-, cuando el célebre poeta desliza entre los renglones algunos ripios edulcorados típicos del bolero. Con el paso del tiempo, cuando ya no les queda nada que esconder, las cartas pasionales van dejando paso a notas escritas en rasgaduras de papel, notas que organizan, matizan o precisan lacónicamente su día a día. Las frecuentes faltas ortográficas, la puntuación escasa, errónea, los dibujitos alusivos al breve e impreciso texto, el abuso de las iniciales y la frecuente intrascendencia de lo escrito acercan a Neruda a la negligencia del hombre común, alejándolo del genio que se hospeda en la salvaje suavidad de su poética.
Todo ello, tal vez nos demuestre que en el amor es preferible apearse del Parnaso y poner los pies en el suelo para bailar como es debido.
Su capitano. JL.
Pie de foto: Pablo Neruda y Matilde Urrutia. www.revistaenie.clarin.com
Cuando de amor se trata se pierden las formas y prima la urgencia
ResponderEliminarBesos desde el aire
Cualquier otra cosa no es amor. Besos
Eliminar¿Libro recomendado donde vengan estas cartas? Me gustaría acercarme a ellas después de esta reseña que has hecho.
ResponderEliminarUn saludo, José Luis.
"Pablo Neruda. Cartas de amor". Editorial Seix Barral. Buen verano amigo
EliminarAndar por casa, descalzo y ser uno mismo, eso deberíamos hacer todos. Feliz verano. Un saludo.
ResponderEliminarEn eso estamos estos días de calor. Saludos
EliminarGenios como él pueden permitirse cualquier licencia.
ResponderEliminarQué gran verdad. Besos
EliminarEn el amor se permite hasta lo impensable. Excepto una cosa: mostrar las genialidades.
ResponderEliminarEs mejor enseñar ese rostro afable que llevamos dentro. ¡Bien por Neruda si bajó de desde el oráculo hasta el barro de la calzada!
Saludos, Anna
El barro que hace del amor un lodazal maravilloso. Besos
EliminarSi, en el amor siempre es conveniente bailar con un pie en el suelo
ResponderEliminarUn abrazo
Aunque nos pisemos. Abrazos
EliminarMuchas cartas se juegan en la baraja del amor. Esas que tan admirablemente cotejó el poeta y otras tantas que también se ponen en juego. Pero que cosas, hasta Neruda tenía ya problemas con la visa...Un abrazo.
ResponderEliminarEn alguna carta es imposible de saber, pero en una de las últimas parece claro que el poeta se refiere al visado. Le llama "la visa" y es, claro está, un giro bastante jugoso como para deslizarlo en un texto. Abrazos
EliminarJL, no sé como estaría la temperatura del agua en la bella Valparaíso del maestro, pero aquí está en su punto. Desde el agua y con el móvil listillo:leeremos esas confesiones. Un fuerte abrazo y ¡Feliz verano!
ResponderEliminarEstas aguas nuestras arrastran mucha leyenda. Disfrútalas. Aquí, hoy, poniente. El agua on the rocks. Abrazos
Eliminar¡Qué descubrimiento! el libro y el hecho de que Neruda era..simplemente un hombre ( y eso es mucho decir).:-)
ResponderEliminar¡Feliz verano, mecido por la brisa y las olas!
Un beso al caer la tarde
Disfruta del mar y de la tarde. Un beso
EliminarNadie se salva de calzar al amor en zapatillas de felpa...Una vez llegado a ese punto, todos somos iguales.
ResponderEliminarUn beso.
El amor nos iguala. Sí. Besos
EliminarDesconocía la existencia de esas cartas a Matilde, por lo que me ha atraído como un imán el título de esta entrada. Precisamente ahora, que he terminado hace poco de leer Confieso que he vivido, libro maravilloso. Tomo nota para hacerme con esas cartas.
ResponderEliminarTu visión me ha gustado mucho.
Un saludo, JLuis.
Sete
No tienen desperdicio. Nos acercan a un Neruda enamorado y mundano. Saludos
EliminarMe apasiona la correspondencia de los escritores a los que admiro. Ninguna biografía es sólida y creíble sin ellas. Me pregunto cómo se harán las biografías de los escritores que transitan la edad de los perecederos e-mails. Un abrazo.
ResponderEliminarYo por si acaso voy guardando vuestros comentarios y correos... porque nunca se sabe. Un abrazo
EliminarDebo leer esas cartas nerudianas en breve.
ResponderEliminarSaludos.
No tienen desperdicio. Un saludo
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