lunes, 2 de septiembre de 2013

El baile de La Flaca

Bailaron apenas dos piezas.
Corría el año 57 y el Nevada Palace -Ganivet, 7- daba cobijo al equipo de rodaje de La India en llamas (J. Lee Thompson, 1959).
Era bellísima”, apostilla y prosigue: “Teníamos dieciocho años y nada que perder. Nos acercamos a saludarla y, sin mediar palabra, esbozando tan sólo un gesto inacabado, me invitó a bailar”.
Recuerda que, de repente, enmudeció la orquesta y ambos se alejaron como mecidos por el silencio. Él no pudo o no supo silbar.
Apuro mi copa y le pregunto a qué huele Lauren Bacall. Respira recónditamente como aspirando de nuevo su recuerdo y me responde sin paliativos: “Olía a señora”.
Pie de foto: Lauren Bacall

34 comentarios:

  1. Y qué señora¡¡. Bellísima y gran actriz, hay momentos inolvidables en su filmografía. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que la frase final es concisa y perfecta. Define con precisión las sensaciones que transmite esta dama del cine. Un abrazo

      Eliminar
  2. A mi su pareja con Bogart siempre me ha parecidofantastica
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Elegante, flaca pero sexy, con una caida de ojos impresionante. ¡Quien se puede creer que tenia miedo al enfrentarse por primera vez a las cámaras! Pero andaba por alli Bogart..el tipo más insolente de la pantalla.

    Un beso Jose Luis, de inicio de curso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bogart si supo silbar en "Tener y no tener". Menuda escena para debutar. Besos

      Eliminar
  4. ¿Y su mirada? ¿Cómo podía ser una mirada de Lauren Bacall desde tan cerca, ese instante en que tus ojos se cruzan con los de ella y sabes que ese baile no significará nada en su vida pero tú no lo olvidarás nunca? ¿Silbar en un momento así, cuando tienes la respiración contenida?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No se puede expresar mejor. Es una historia que tiene, efectivamente, dos recorridos: uno ínfimo y otro infinito.
      También pregunté por la mirada... "La has visto muchas veces en la pantalla", fue la respuesta. Abrazos

      Eliminar
  5. Su mirada lánguida es única...Me encanta esta mujer que sabía lucir unos pantalones como nadie. Bueno, la Hepburn también los lucía bien.

    Seguro que le valió la pena al menos intentar ese silbido.

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aquel día llevaba uno de esos trajes de chaqueta y falda tan suyos. Besos

      Eliminar
  6. JL, bien hallado. Y ahora, yo también me pregunto ¿a que huele la Bacall? No lo sé, pero hay perfumes de grandeza...Y éste es uno de los inimitables. Un fuerte abrazo,
    JCA

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De regreso y con perfumes inolvidables, como puedes comprobar. Un abrazo, amigo

      Eliminar
  7. Inteligencia y belleza, no se podía pedir más...

    Besos desde el aire

    ResponderEliminar
  8. Un amigo afortunado, de las divas del Hollywood dorado me parece de las más atractivas aunque también de las más desaprovechadas. No se le tuvo lo suficientemente en cuenta como actriz.

    Un saludo, José Luis.

    ResponderEliminar
  9. Cuanto me alegra saber que alguien que yo pensé que no existía más que en la imaginación estelar, que era un enigma irresoluble, una magnífica sirena a la que uno jamás llegará a alcanzar por mucho que nade, pisó suelo por unos instantes y bailó. Maravilla entre las maravillas. Un abrazo

    ResponderEliminar
  10. A mí me huele a belleza fuera de los cánones establecidos, a dama con camelias en la solapa, a buen cine…

    Saludos, Anna Genovés

    ResponderEliminar
  11. Gracias, José Luis. Un abrazo grande y fraternal.

    ResponderEliminar
  12. No sé la de años que he estado enamorado de esta Señora.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  13. El cine americano de los cincuenta sí que era cine de verdad, del que hacía soñar. Los actores de la talla de Bacall lo hacían posible. Tu padre bailó con la diva y qué bonito lo sintió, y luego tú, generoso, lo plasmas con acierto para nuestro disfrute.
    Me has hecho soñar con "un Redford" exquisito. Gracias.
    Un Saludo
    Setefilla

    ResponderEliminar
  14. Tu "Vísperas de casi nada" es un poemario hondo, humanísimo, pleno de aciertos. Su aparente desenfado -en ocasiones- no hace más que conducir al lector a verdades poéticas y vitales imprescindibles. Un placer haberlo recibido. Un descubrimiento. Un asombro inesperado.
    Gracias, José Luis. Mi más apretado y cálido abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Agradezco tus palabras hasta tal punto, Antonio, que ahora, por primera vez, me siento satisfecho con este puñado de poemas que dan forma a "Vísperas de casi nada". Un abrazo fuerte

      Eliminar
  15. Muy bueno, José Luis; me encantó. Amasaste algunas frases que espero que no se las lleve el olvido. De todo lo que se podría decir de la situación, de todos los sentidos, escogiste el del olfato. Hubiera sido tan fácil caer en otra cosa, pero elegiste lo que perdura más tercamente en la memoria. Muy bueno.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Qué buen olfato! No se tú pero a mí hay olores que aún me erizan la piel. Todo lo demás lleva demasiado perfume. Son memorias menos fiables. Un abrazo

      Eliminar