miércoles, 11 de noviembre de 2015

Tuit

Dice Santiago Auserón que actualmente existe una tendencia a convertir a cada individuo en un centro de comunicaciones que difunda banalidades.
Se trata de una magnífica reflexión.
Pero lo mejor de todo es que lo dice en tan sólo 105 caracteres.
Pie de foto: Santiago Auserón. Sitio web de la imagen.

18 comentarios:

  1. Y le han sobrado caracteres, extraordinaria capacidad de síntesis. Las redes sociales se sostienen de reclutar y mover datos de la gente, por lo que su cometido es saber más y más de nosotros. Decir que exhibicionistas los ha habido siempre, solo que actualmente, en la proliferación de estas redes han encontrado muchos la horma de su zapato. Otros, en cambio, sabemos bien el tesoro que es la intimidad de uno y los nuestros, así que no estamos dispuestos a banalizar con ella. No comprendo, amigo José Luis, que haya gente que no daría a un desconocido en la calle una fotografía de su hijo pequeño, ni tampoco una propia, o datos personales propios o de los suyos, y sin embargo ofrecen esa misma información a cientos de desconocidos en las redes sociales sin recelo alguno...
    Es de locos.
    Buena entrada.
    Un abrazo.

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    1. Si quieres saber algo de alguien, busca en su facebook. Te podrías sorprender de lo que pone la gente. Besos

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  2. El Sr. Auserón acostumbra a dar en el clavo, aunque sea con pocas palabras.

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  3. Yo banalizo, tú banalizas, él banaliza..no es nuevo, sólo es que la estupidez se ha extendido hasta el infinito y más allá.

    Besos 2.0

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    1. Algunas banalidades me encantan. Quiero decir que el cine o la literatura serán banalidades para mucha de la gente que banaliza en las redes. Besos

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  4. No pienso entrar en twitter. Odio la calidad del discurso tuiteado. Todo el mundo tuitea constantemente. Todo el mundo está pegado a su móvil las veinticuatro horas y ¿por qué la gente se siente tan sola? El reducido vocabulario de la gente hace que cuando se ven cara a cara no saben que decirse, o como decir lo que sienten, porque creo que tampoco lo saben. Últimamente, en mi casa, me despido de la gente cerrando la puerta que separa mi casa de la realidad de ahí fuera. Ese lugar lleno de teléfonos conectados, redes inalámbricas y cambiantes estatus de Facebook que hace algún tiempo conocemos como el mundo real.

    Abrazos, amigo.

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    1. Vivimos una mentira, una vida digital que no es palpable. ¿Consecuencias? Ya las veremos. Un abrazo

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  5. Eso es la libertad, poder banalizar a gusto. Dejemos la seriedad para el mundo real.

    Un saludo, José Luis.

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  6. se podrá decir más alto.....pero más claro y directo....a buen entendedor...un abrazo

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