Gracias, Juanjo, por tu comentario. Muy acertada la entrada de tu blog sobre el tema. Carmen, siempre bienvenida. Juan: la gota no ha colmado el vaso, todavía, pero es un aviso a navegantes. la gente se ha echado a la calle. Ahora sabemos que laten los corazones. Llegué a pensar que éramos un pueblo con la sangre de horchata. Saludos cordiales.
También pensé los mismo, pero se aprende a que no podemos correr por la sangre de los demás, sobre todo cuando nos muestran lo contrario. Ahí se aprende lo equivocado que estamos los que pensamos así.
Justo acabo de hablar sobre eso.Mjuy interesante tu reflexion
ResponderEliminarun abrazo
Con pocas palabras, que bien dicho¡¡
ResponderEliminarLa última gota. La que colmó el vaso?
ResponderEliminarGracias, Juanjo, por tu comentario. Muy acertada la entrada de tu blog sobre el tema.
ResponderEliminarCarmen, siempre bienvenida.
Juan: la gota no ha colmado el vaso, todavía, pero es un aviso a navegantes. la gente se ha echado a la calle. Ahora sabemos que laten los corazones. Llegué a pensar que éramos un pueblo con la sangre de horchata. Saludos cordiales.
También pensé los mismo, pero se aprende a que no podemos correr por la sangre de los demás, sobre todo cuando nos muestran lo contrario. Ahí se aprende lo equivocado que estamos los que pensamos así.
ResponderEliminarSaludos.