Sé de personas que parecen vivir en soledad.
Falsas apariencias.
Araceli y María nunca estuvieron solas. Nunca del todo.
Sin embargo, leo a María Zambrano en Delirio y destino: «Ellas dos hacían una sola alma en pena». Y pienso que puede ser cierto.
Quizá no exista mayor soledad que la vivida en compañía.
Pie de foto: Compañeras. Martínez Clares, 2011.
La única verdad es que solos venimos y solos nos iremos.
ResponderEliminarAprender de la soledad es importante. Vivirla en compañía también.
La soledad es buena, nos ayuda a encontrarnos, nos da perspectiva.
Lo malo es entenderla mal.