martes, 28 de junio de 2011

VII Premio Águila de Poesía

Nunca me fijo en la cuantía económica de un Premio.
Cuando presento un poemario a un certamen, lo hago movido únicamente por la esperanza. Sé que ganarlo es una cuestión compleja -puede que caprichosa- pero, de hacerlo, espero que el poemario no languidezca atrapado en una caja de cartón. Ésa es mi única esperanza.
Esto, que lamentablemente suele ocurrir en muchos lugares, me dicen que nunca sucede en Aguilar de Campoo. La Biblioteca Municipal se encarga de distribuirlo de forma fluida y estudiada.
Ya durante el acto se repartieron numerosos ejemplares del libro. Tantos que uno de ellos acabó en el suelo, a los pies de su imposible lector. Lo recogí con delicadeza y se lo devolví indicándole que estaba dejando mi poesía a la altura de los zapatos.
Pie de foto: Los participantes en el Acto. Virginia Vico, 2011.

4 comentarios:

  1. Supongo que se le pondria la cara como un tomate
    Hiciste muy bien
    Un abrazo....y felicidades por el premio

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  2. Muchas gracias, Juanjo. Se trató de un descuido, pero la situación fue bastante cómica. Abrazos.

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  3. ¡Hey! ¡Enhorabuena por ese premio!
    Has estado muy muy cerca de mi pueblo, al que iré dentro de unos días en busca de una temperatura menos agobiante ;-)

    Un abrazo.

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  4. Pues este sábado parecía que estabamos en Úbeda. Un calor enorme!!! Decían que les habíamos llevado "la calor" de nuestra tierra. Un abrazo

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