No acostumbro a pasearla bajo el brazo.
Sólo compro la prensa cuando realmente voy a disponer de tiempo para disfrutarla. En esos días excepcionales, el mero hecho de visitar a alguno de mis quiosqueros supone un placer.
Uno de ellos -aseguraría que el menos leído de todos- dispone la prensa sobre el mostrador como si de un expositor de joyas se tratase.
Uno de cada y basta.
Contados y recontados.
Jamás me permite tocarlos.
No entiende que a un lector voraz le gusta comer con las manos.
Una vez que elijo mi botín, me cobra y después continúa vigilándome mientras me alejo. Lo sé. Puedo sentir sus ojos clavados en mi espalda.
¡Iluso!
Robar un periódico no es más que un impulso romántico. Pero en los tiempos que corren, ¿Quién robaría un periódico sabiendo que eso le obliga éticamente a leerlo?
Pie de foto: Platero es pequeño, sobre fotografía de Antonio Corbacho en IDEAL. Martínez Clares, 2011.
Entiendo a tu amigo el kioskero....cuando llego a uno de esos grandes kioscos miro con avidez todo lo que exponen
ResponderEliminarpero me quedo con tu frase final
Un abrazo
Sí Juanjo, realmente para muchos sería una incógnita el qué hacer con un periódico. Abrazos
ResponderEliminarTu confusión es lógica por la foto. Soy mujer con disfraz de hombre.
ResponderEliminarTu romanticismo me ha gustado volver...así to junto.
Un abrazo.
Enhorabuena. Es un buen disfraz. Igualmente eres bienvenida. Abrazos.
ResponderEliminarMuchos de esos periódicos, o algunos que se hacen llamar así, más que obligarnos éticamente a leerlos, nos incitan a que los utilicemos como paraguas. Y algunos incluso son gratis, ni siquiera hay que robarlos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hereje: coincidimos en lo esencial. Creo que eso sucede porque algunos periódicos confunden la llamada "línea editorial" con la servidumbre. Saludos.
ResponderEliminarEstoy con ese artículo de nuestro Miguel Ángel Blanco que tantos sinsabores le ha ocasionado después de una trayectoria periodística tan dilatada: los medios de comunicación occidentales han sido devorados por el sistema. Hace tiempo que no busco la verdad en la prensa, ni siquiera información. Y aún así, reconozco que un quiosquero de confianza es tan útil como el peluquero de toda la vida o un buen barman. Un saludo.
ResponderEliminarJuan: ¿sería plagio que yo firmase tu comentario? Totalmente de acuerdo. Sobre todo en lo del barman. Saludos.
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