miércoles, 21 de noviembre de 2012

Virguerías (y II)

Sevilla, 16 de mayo de 2012 
La veo alejarse distraídamente, igual que lo haría alguien que hubiese dejado parte de su atención atrapada en una labor sobrehumana. Acaba de detallarnos la intervención con palabras muy sencillas, como si le hablase a unos niños que no la van a entender. 
Estaba en lo cierto, porque apenas se ha ido y ya soy incapaz de recordar los músculos implicados, las ramificaciones dañadas, los cortocircuitos -así los ha llamado haciendo un guiño a la Ciencia Ficción- que han sido necesarios. 
Su silueta se pierde definitivamente por los pasadizos del hospital, pero se queda en mi memoria como la de una mujer de apariencia sencilla, titánica, como titánicas han sido tantas y tantas mujeres de apariencia sencilla. Y, entonces, la imagino viviendo hace quinientos años, en un mundo edificado sobre honores y deshonores, la imagino cosiendo un virgo meticulosamente, devolviéndolo a la vida. Pero no me cuadra del todo. 
Intuyo que, si la doctora Pradilla hubiese vivido hace tantos siglos, no habría sido virguera. Sus artes serían las de alguna hilandera de un cuadro de Velázquez, porque lo suyo no son los remiendos; sus virguerías son auténticos primores. 
Pie de foto: REM (II). Martínez Clares, 2012.

11 comentarios:

  1. Acabo de hilar tu anterior entrada con esta y tengo que felicitarte porque te ha quedado una auténtica labor de artesanía. Tu historia, la manera en que la has contado, me ha llegado directamente al corazón.

    Me descubro ante profesionales como la doctora Pradilla. Por lo general personas con una gran humildad. La humildad de los grandes.

    Pdt: Veo que nos hemos cruzado...

    Un beso

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    1. Una historia en dos partes que termina por el principio. Tal vez, porque la vida es cíclica y las penas y alegrías nos están esperando a la vuelta de la esquina. Gracias por pasarte. Besos

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  2. abril en paris dijo...

    Intuyo que te sientes aliviado y feliz. Una verdadera suerte contar con esas "hilanderas".

    Un abrazo Jose Luis y dos besos a quien corresponda

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  3. Dos partes de un relato de libro. Tu prosa es poesía, si eso debe ser un cumplido.

    Cuídate José Luis.

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  4. Y es que la orfebrería y el artesanado no admiten comparación posible.Incluso en estos tiempos de altas tecnologías son necesarias unas buenas manos con pulso. Y que así sea.Me alegro del desenlace.Un abrazo.

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    1. Hay habilidades que yo no llego a comprender. Quizá por eso son tan admirables. Abrazos

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  5. Ojalá existieran cosedores del honor, alguien que fuera destejiendo y armando, bordando delicado un pasado de vergüenza. Le he preguntado a muchas amigas y a nadie le importa recomponer un pedazo de su humanidad, pero sí les encantaría rehacer la cuerda, el hilo, la cinta aplique por donde lanzarían al vacío a un pésimo desvirgador.

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    1. A veces sería bueno poder hacernos un reset... pero selectivo. Besos

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  6. Buenas,

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