La escritura, como todos los ríos, tiene dos orillas: la primera, a simple vista, parece más poética porque desde ella miramos a las aguas que pasan como quien mira al tiempo que no volverá. En cambio, en la otra orilla, nos sentimos más prosaicos y narramos, al paso de las aguas, todas las historias que hablan del tiempo que no volverá.
Algunos escritores son capaces de frecuentar ambas orillas pues, para pasar de una a otra, únicamente necesitamos cruzar el río. Sólo existe un requisito: se recomienda ser un buen nadador.
Pie de foto: San Juan Bautista. Martínez Clares, 2010.
Recuerda lo que dijo Heraclito: "Nunca nos bañamos dos veces en el mismo rio"
ResponderEliminarUn abrazo
Heráclito era un bañista sensato. Abrazos
EliminarCuando ESCRIBA, así en mayúsculas, te lo cuento. De momento guardo la ropa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Son tiempos para guardarla a buen recaudo. Abrazos
EliminarMás que merecido homenaje. Muy sentido. Me lo creo entero. Lo subscribo entero. Me alegra que pasen estas cosas. Abrazos a los dos amigos.
ResponderEliminarEmilio Calvo de Mora
Abrazos de vuelta, amigo Emilio.
EliminarMi agradecimiento riográfico infinito, con un caudal de versos compartidos en esta red hidrográfica virtual a la que el azar y la poesía nos han hecho confluir. Te dedico esta visión del río en abril:
ResponderEliminarEra en abril y el río no se movía.
Las aves migratorias regresaron
poblando las isletas como barcos
anclados en el alma de su cauce.
Los árboles abiertos al crepúsculo
ofrecieron su fronda hospitalaria:
Cobijo para el aire y para el ala
en la copa del tiempo indiferente.
Perdí la luz cuando cruzaba el puente;
cesó el clamor y levanté la vista.
Quiso el cielo ser agua y al volverme
de nuevo el río se puso en movimiento.
Era en abril. La vida anochecía.
Un gran abrazo, amigo. Y otro, ¡cómo no!, para Emilio, mon ami.
Lo dicho: el río es vuestro. Haced con él lo que estiméis oportuno. Mi admiración y mi abrazo, amigo Miguel.
EliminarEl rio protagonista, como el fluir de nuestra existencia...vivimos temerosos por la fuerza de sus aguas que nos arrastran irremediablemente.. si no sabes nadar. Pero estamos en Abril y es un mes de agua..gota a gota, chaparrón en chaparrón.. el agua nunca echó para atrás a los poetas.
ResponderEliminarun beso abrileño
Es tú mes. Tu agua. Por eso, tal vez, he visto tu río algo desbocado estos días. Pero todas las aguas terminan por regresar a su cauce. Valladolid respira de nuevo. Besos, Abril.
EliminarY los lectores disfrutrando de todo ese fluir de letras que nos transportan de historia en historia, de poema en poema, de orilla a orilla...
ResponderEliminarUn beso.
Los lectores son navegantes intrépidos. Besos
Eliminar"Mirar el río hecho de tiempo y agua y recordar que el tiempo es otro río", dice Borges, "saber que nos perdemos como el río y que los rostros pasan como el agua". Ríos de tinta, de sangre, bravos y rojos y salvajes y sin retorno... No escogería otro para perderme más que el de la amistad. Abrazos navegables.
ResponderEliminarRecojo esos abrazos y, con ellos, me lanzo al agua que pasa, al tiempo que nos lleva hacia otro lugar. Es la amistad un bote salvavidas, amigo Juan. Un abrazo
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