viernes, 20 de septiembre de 2013

Dinamiteros

Argumentaba Carpentier que el castellano, a diferencia de otras lenguas, regala al poeta la posibilidad de hacer estallar el idioma cada vez que le hace falta.
Ahora comprendo que nuestras certezas se tambaleen cuando leemos a alguno de esos malditos poetas que escriben con la intención de encender la mecha de las preguntas retóricas.
Pie de foto: Alejo Carpentier, 1959.

24 comentarios:

  1. Interesante argumento el de Carpentier, e interesante también tu reflexión. A mí siempre me han gustado los escritores, los poetas, los cineastas, los artistas en general que en un momento dado le ponen a uno patas arriba, los que le hacen a uno replantearse las verdades que creía inamovibles, esos que le hacen a una exclamar ¡será cabrón!. Un abrazo.

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  2. Eso era porque mo habia corregido examenes de la ESO...esos si que dinamitan el lenguaje...ja,ja
    Un abrazo

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  3. J.L un regalo para acompañar tu entrada. Pertenece al ensayo Las im´´agenes posibles, el autor ya sabes, Carpentier. Perd´´on los acentos que omito por este metaf´´orico asunto de que cuando entro a tu blog, mi acento se inventa espejos.
    "Apesadumbrado fantasma de nadas conjeturables. El nacido dentro de la poesia siente el peso de su irreal, su otra realidad, continuo. Su testimonio del no ser, su testigo del acto inocente de nacer, va saltando de la barca a una concepcion del mundo como imagen. La imagen como un absoluto, la imagen que se sabe imagen, la imagen como la ultima de las historias posibles".

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    1. Gran regalo, amiga. Esas últimas líneas describen lo que es la poesía para mí. Besos

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  4. JL, Carpentier en estado puro... Eso lo mismo que en el blues eléctrico, Luther Allison. Magisterio del grande. Abrazos

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  5. Nos van quedando poquitas certezas y muchas preguntas...

    Un beso Jose Luis.

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  6. Bien está todo poema que hace tambalear nuestras certezas y cualquier verso que ayude a una llama a calcinar palmo a palmo la mecha.

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  7. Más de un poema me ha obligado a mí a replantearme alguna que otra cuestión...

    Un beso.

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  8. Nuestra lengua, bellísima; y benditos sean los escritores que hacen encender la mecha de las preguntas retóricas.
    Por cierto, ya terminé de leer tus "Versos para descreídos",(de hecho lo leí en dos sentadas),he recorrido tu blog en esas páginas, las que me han gustado y entretenido mucho, gracias, es una brillante idea que presenta al J.Luis autor y nos acerca sus palpitaciones internas, también en el arte de la fotografía, felicidades por todo ello.
    Me queda pendiente tus Palabras efímeras.

    Un saludo afectuoso
    Setefilla

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    1. En ese poemario están mis poemas más jóvenes y desenfadados. Espero que te gusten. Saludos

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  9. Si no nos hacen tambalear hasta los cimientos ¿de qué sirven los versos?

    Besos desde el aire

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  10. Cada uno hace lo que puede... Quiero pensar que es una forma de evolución lingüística. Quizás, lo escritores de siglos pasados opinaran lo mismo de los amanuenses actuales; por buenos que sean. Saludos, Anna

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  11. Igual, dando la vuelta al asunto, ahí encontremos las razones de que algunos tengan una especial manía por quemar libros, no vaya a ser que con el ardor que alumbran, se despierten las conciencias. Un abrazo

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  12. Probablemente no sea cuestión del idioma sino de la sangre que corre por sus venas. La afirmación hoy podría malinterpretarse, cambiemos castellano por español u otro nacionalismo.

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    1. No es una cuestión localista, sino lingüística. Carpentier habla desde el escritor sin nacionalidades y sabía de lo que hablaba puesto que él era también francófono. Hubo de elegir entre francés o castellano y se decantó por el segundo debido a esa facilidad metafórica, simbólica, que arrastramos al hablar. Hay idiomas más encorsetados. Pero no menos interesantes.
      Abrazos, amigo Sergio

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