viernes, 31 de octubre de 2014

París a los postres

La euforia del presentador se filtra a través de los créditos de apertura: “En exclusividad mundial, Neruda y García Márquez frente a frente”.
Después, tan circunspecto como un enterrador, nos pone en antecedentes: García Márquez había viajado a París invitado por el poeta chileno para festejar la consecución del Nóbel de Literatura (la presunta entrevista fue realizada tan sólo cuarenta y ocho horas después de recibirlo).
Desde el principio, Neruda se entrega a la causa de una entrevista trascendente y luce la pose que un acontecimiento interplanetario requiere. Por ello, disecciona austeramente alguna de sus influencias poéticas y piropea, sin atisbo de ironía, al género narrativo: “La novela es el bistec de la literatura. Y la gente quiere comer fuerte”.
En cambio, Gabo, recién caído de algún parnaso desconocido, decide comportarse como un angelito travieso y -creo- consigue desconcertar a los presentes con sus ocurrencias, como cuando alega que no sabe adónde les conducirá esa conversación absolutamente falsa. Cada vez más desparramado en el sillón, confundido entre sus cueros, arroja -cómo no- alguna que otra genialidad: “hay que llegar a una convivencia pacífica: que los poetas sean cada vez más narradores y los novelistas cada vez más poetas”.
Llegados a un punto sin retorno, García Márquez pide al periodista que los saque de esa conversación más que agotada, porque -aclara- Neruda y él mantienen las buenas conversaciones a solas. Dos días de comidas y celebraciones debieron dar, efectivamente, para muchos diálogos.
Todo culmina con la última travesura urdida por aquel niño impaciente: Neruda, hasta ese momento recluido en su papel de entrevistado, se convierte en cómplice de Gabo y agarra un león de peluche para despedir la entrevista ante el júbilo del colombiano. Esa escena del león tal vez sea la mejor metáfora para resumir aquellos días inolvidables en París.
Pie de foto: El león, Neruda y Gabo. Sitio web dela imagen.

La entrevista completa:


14 comentarios:

  1. Grandes estos dos. De adolescente leía a Neruda compulsivamente los versos del capitán, los poemas de amores desesperados y allí tenía yo en mi cuarto pegado a la pared lo que escribió este hombre de enorme papada: "Esta noche podría escribir los versos más tristes". Una vez leí de otro mago de la prosa Francisco Umbral, que dijo de él que solía recoger en la playa de su isla negra todo lo que la mar traía, y no solo la memoria, sino también restos de naufragios (menuda redundancia, amigo). Pues bien, dijo que una vez vio una vieja mesa a pocos metros de la orilla, y como tenía tanto miedo al agua mandó a su mujer a por ella. Cobarde. Luego se la instaló en su despacho y sobre ella se ponía a escribir versos heroicos. Cosas de poeta. Por cierto, García Lorca también tenía mucho miedo al agua y dejó escrito lo que sigue siendo para mí lo mejor que he leído sobre el mar: "Y de pronto, el mar se puso a recordar a todos sus ahogados". García Márquez por aquel tiempo andaba escribiendo ese cuento que no sé yo cuántas veces he leído ya, y las que me quedan; Ojos de perro azul; un sueño dentro de otro sueño que se busca y no se encuentra.

    Un fuerte abrazo, amigo.

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    1. Eres una enciclopedia, amigo Francisco. La cobardía de Neruda, de Lorca... ya no quedan poetas guerreros como Garcilaso. Un abrazo

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  2. Menudo lujo, esos dos y en Paris, para perderse con ellos..

    Besos

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  3. Impagable testimonio. Por cosas así me rindo a Internet. Qué maravilla ver hablar y moverse a ese Gabo con el aspecto que solo le hemos conocido en las solapas de las ediciones antiguas de sus libros, y ver a ¡Neruda! Y el tipo que presenta esta "exclusividad" se sabe cómo empieza la novela que está escribiendo Gabo, El Otoño... Desgraciadamente no pudo Pablo alegrarse del Nobel de Gabriel... Maravilloso. Un abrazo.

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    1. Internet nos ha abierto las puertas a muchos documentos valiosos. Es una gran herramienta si está en las manos adecuadas. Abrazos

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  4. Ya sabes mi opinión sobre el vídeo, así que solo me resta decirte que tu comentario sobre el mismo es de sobresaliente.
    Un abrazo.
    Sete.

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  5. Casi nadie al aparato....todos salimos ganando cuando se recuperan estas cosas....en ocasiones el escritor tambièn fabula y crea en voz alta....y el resultado es para guardar como un tesoro....un abrazo

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  6. Me ha gustado mucho leer y ver. Escenas irrepetibles, curiosas y divertidas de dos púgiles de las letras. Uno obligado –obligado a algo que no apetece; o simplemente, cansado—, el otro distendido… Al final, el león habló por ambos: humor sin pose.
    Un abrazo y feliz noviembre, Anna

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    1. Es impagable oír la voz de Neruda, ver el rostro aún joven de Gabo... muchos se fueron sin dejarnos rastro de su singularidad física. Besos

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  7. Firmo por esa convivencia pacífica que propuso García Márquez.

    Un saludo, José Luis.

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