lunes, 6 de junio de 2011

Adso de Melk

Cuenta Umberto Eco en sus apostillas a El nombre de la rosa (Lumen, 2010) que uno de sus objetivos era desaparecer de la historia. Por eso creó el personaje del joven Adso y dejó el punto de vista en sus manos. No cabe duda de que así pretendía eludir la responsabilidad de todo cuanto allí se dice.
Durante una entrevista reciente, le expliqué a la periodista que Palabras efímeras (IEA, 2010) es un poemario escrito en tercera persona. Por el libro circulan varios Adsos que asumen mi dolor y mis pasiones sin rechistar.
¿Será porque aman, huyen, engañan, olvidan, pierden y se emborrachan a mi costa?
Ilusos. Aún no saben que en el próximo no les voy a dejar que abran la boca.
Pie de foto: Personajes. Martínez Clares, 2010.

8 comentarios:

  1. Eso sera si te dejan....no olvides que tus criaturas acaban cobrando vida propia
    Un abrazo

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  2. ¡Cuánta razón tienes, Juanjo!... ¡Por mil demonios!... entonces, puede que el iluso sea yo. Ha quedado muy teatral...¿No crees? Abrazos.

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  3. Ten cuidado, los personajes a menudo se revelan contra su creador y acaban tomando el control de la situación.

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  4. Cierto. Los míos suelen revelarse porque son como su creador: totalmente anárquicos. Saludos.

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  5. Odiamos a esos personajes con tanto cariño..
    Saludos Juanjo!

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  6. Amor y odio... llamémosle literatura. Saludos, Antonio.

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  7. Buen argumento. Espero que no visite nunca mi blog esa periodista.
    ''El nombre de la Rosa'' es mi gran película perfecta.

    Mi beso

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  8. Eva: no es mala elección. Desde luego, la película supone una de las cumbres del cine europeo del final de siglo. Annaud, Connery... estupenda. Saludos

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