Ha heredado de su padre la voz rotunda.
Félix Grande sabe seducir con la palabra y con el silencio, que es la manera de hablar más contundente.
Antes de su conferencia acerca de la Poesía del Flamenco, tuvimos la ocasión de charlar sobre literatura, muerte y poetas hipocondríacos.
Félix refirió el caso de un poeta mejicano que desde la adolescencia imaginó y, por ende, padeció decenas de cánceres, amagos de infarto y derrames cerebrales.
Pese a sus propios designios, falleció muy mayor y, para sorpresa de los pocos conocidos que le sobrevivieron, dejó escrito este epitafio: “Anda, anda… ¡decíais que no!”.
Nadie pudo negarle a ese hombre que vivir es la más angustiosa forma de ir muriendo.
Pie de foto: El poeta Félix Grande. Martínez Clares, 2011.
Y morir es la forma más rimbombante de terminar de vivir.
ResponderEliminarGracias Jose Luis por tu comentario, ahora te sigo.
ResponderEliminarMi beso.