Amo el cine casi tanto como leer
de cine y, hoy, lo he pasado en grande leyendo “La traición de Rita Hayworth”. No hablo de la novela homónima de
Manuel Puig, sino de la entrada en la que Francisco Machuca concluye que llega un
día en el que hay que dejar el cine para salir a la vida. Es cierto que, fuera del cine, a la intemperie, todo parece
bastante diferente. Incluso para la
Hayworth , que siempre fue Gilda para aquellos hombres que
nunca quisieron amarla.
Discúlpenme
si pienso que la vida debería ser otra cosa mucho mejor, y que sería estupendo
que un día tuviésemos que dejarla para salir al cine y darnos un baño de
realidad. Tal vez, en algo así pensaba Machado cuando dijo que “también la verdad se inventa”.
Pie de
foto: Rita Hayworth. Edición de
Martínez Clares, 2013.
La vida es una película continua. Tiene escenas de amor, de terror, tiernas... La mayoría de las veces se desarrolla en blanco y negro, pero cuando hay color, este lo llena todo. Aunque sea por un breve espacio de tiempo. Y a veces, somos espectadores de nuestra propia vida...
ResponderEliminarBesos desde el aire
A veces la vida resulta más increible que el cine. besos
EliminarAh, que hay "verdades" que no son inventadas... puede ser, dicen que Hayworth existió, aunque a veces la observo y ni me la acabo ni me lo creo.
ResponderEliminarSaludos.
Es un rumor que no se ha confirmado todavía. Abrazos
Eliminar"La vida es eso que nos pasa mientras hacemos otros planes"...,ir al cine es un escapismo, pero qué gran huida.
ResponderEliminarBesos
Una huída hacia adelante. Besos
EliminarEn Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar pone en boca del emperador una frase de la que me he acordado leyendo tu entrada "Mucho me costaría vivir en un mundo sin libros, pero la realidad no está en ellos, puesto que no cabe entera", cambiemos libros por películas, por cine, o por ficción. A veces para lo que hay que ver en la vida uno prefiere instalarse en las ficciones, pero como dice Machuca, las cosas están fuera y hay que salir. Aunque como bien dices dan ganas de “dejar la vida y salir al cine”. Un abrazo.
ResponderEliminarMaravillosa la vida que se desliza en un pantalla. Abrazos
EliminarTambién disfruté mucho la estupenda entrada de Francisco Machuca. Para algunos la vida solo es medianamente soportable gracias a que existe la trampilla de la imaginación, esa que no pueden arrebatarnos nos que todo nos lo van arrebatando (aunque intentarlo, lo intentan). Un saludo a las puertas (imaginarias) del Teatro Campoamor de Oviedo.
ResponderEliminarSe hace complicado no disfrutar de los escritos de Machuca. Tienen sello propio. Abrazos
EliminarLo único malo del cine es que cuando acaba la película y sales de la sala, el mundo sigue igual.
ResponderEliminarGracias por abrir puertas a otras voces.
Cuídate, José Luis.
Voces que nos acrercarán a otras diferentes y todavía desconocidas. Son las conexiones literarias, una red de carreteras dibujadas con tinta. Abrazos
EliminarTodos somos actores de nuestra vida, cuantas veces habremos actuado según las circunstancias, interpretándonos o inventándonos de nuevo, una y mil veces. Mejor ser los protagonistas en blanco y negro o en color que simple espectadores. No hay que dejar escapar ni un segundo del film, tiene una duración demasiado corta como para perderse un solo fotograma. Un besote, José Luis.
ResponderEliminarNo lo perdamos. Agarrémonos a nuestro tiempo como Lloyd a aquel enorme reloj de la fachada. Besos
EliminarMargarita Carmen Cansino, era capaz de convertir la ficción en realidad y viceversa…
ResponderEliminarSaludos, Anna
Qué bien suena su nombre en tus palabras. Besos
EliminarBuenos días José Luis;
ResponderEliminarSigo tu recomendación y visito a Francisco Machuca; la verdad es que he quedado impresionada por su estupenda crónica, gracias.
En cuanto a la tuya me ha llamado la atención tu frase, cito; (...)"salir al cine y darnos un baño de realidad". Es posible hacerlo, anoche mismo me lo di: pusieron "El diario de Noa", ¿la conoces?. Uf, de un tiempo a esta parte me alejo de las películas tristes, es más, creo que me alejo de las películas en general, pero me a esta me enganché porque si bien el final es tristemente real, el cómo es tan hermoso...
Un abrazo
No la he visto pero la anoto. Es cierto que de vez en cuando hay que escaparse al cine, porque el día a día no hay quien se lo crea. Si no me crees, pon un telediario o coge un periódico. Abrazos
EliminarTe digo en voz baja muy bajita gracias por tus palabras, fiel amigo.
ResponderEliminarEn voz bajita es como se dicen las cosas más interesantes. Abrazos, amigo
EliminarNo seas modesto amigo Machuca, quer lohas bordado. Lo decimos en voz muy alta, aporreando el teclado si es necesario. Másdeuna vez he pensado que Woody Allen tiene que hacer una segunda parte de la rosa purpuea del Cairo en la que los protagonistas de la película salen y pasean por Nueva York de la mano de Mia Farrow...Un abrazo
ResponderEliminarAporreando el móvil... que deja un rastro caprichoso de cosas por decir. Un abrazo, amigo Victor
Eliminar"lo has" se escribe separado, creo...salvo que sean loas
ResponderEliminarEs muy profundo lo que has escrito, Un beso.
ResponderEliminarY, para colmo, es verdad. Besos
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