El viernes sabremos cómo murió
Pablo Neruda. Un comité de expertos, entre los que no se encuentra poeta alguno,
dictaminará si se lo llevó un cáncer asesino o fue, por el contrario, víctima
de ese veneno sigiloso que utilizan los justicieros cuando ajustan sus cuentas.
Juan Carlos Onetti -un célebre
acostado- sabía que se puede estar al borde del abismo incluso en una cama y, aquel
septiembre del setenta y tres, la de Neruda ya olía a muerte inacabada, muerte
que habría de subsistir en nuestras preguntas y sus versos.
Sospecho que los difuntos no
conocen la impaciencia pero, mientras ellos dilucidan su epitafio, Matilde, aún
hoy, le aguarda en su tumba de Isla Negra.
Pie de foto: Pablo Neruda.
No hay hueco para un poeta en una comisión de expertos de tal perfil, daría opción a cualquier pronóstico imponderable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es cierto que los pronósticos de un poeta suelen ser inescrutables, pero nadie sabe más de la muerte que los poetas y los hipocondriacos. Abrazos
EliminarDa igual lo que dictaminen, no va a dejar de estar muerto ni sus versos de ser eternos.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Totalmente de acuerdo. Besos
EliminarGarcía Lorca en su fosa, que también puede estar al borde del abismo, se sigue esperando, no sé qué. Ahora Neruda. Después será Onetti. Yo sigo leyendo Los versos del capitán y en un lado de la pared de mi estudio tengo escrito: Podría escribir esta noche los versos más tristes. Otro abismo, eso de las noches desesperadas y otros versos.
ResponderEliminarAbrazos, amigo.
Los poetas empeñados en no descansar ni después de muertos. Aún sobreviven en las paredes de tu estudio y en los libros que descansan sobre solitarias mesitas de noche. Abrazos
EliminarY yo que no lo siento muerto...
ResponderEliminarUn beso.. en la noche estrellada..
Ni yo... un beso
EliminarLa pregunta es: si se demuestra que fue envenenado, ¿quién pagará por ello?
ResponderEliminarUn saludo, José Luis.
Los que deberían pagar serán ya fiambres y la culpa, espero, que no se herede... por el bien de los pueblos. Abrazos
Eliminar¿Van a exhumar sus restos y analizarlos? ¡Ha pasado mucho tiempo!
ResponderEliminarSaludos
Fue exhumado el 8 de abril. Matilde le espera desde entonces. Saludos
EliminarPues con el debido respeto, un recuerdo a todos esos anónimos pero con nombre apellido y familia que siguen esperando enterrados en la cuneta de no se sabe donde...claro está ellos no fueron insignes poetas. para ellos no habrá comité, ni de expertos ni de no expertos...
ResponderEliminarDisculpas Jose Luis pero es que hay cosas....y conste que me encanta Neruda y que no da igual de que forma murió. Un cordial abrazo
Efectivamente, esas cosas nunca dan igual y también, estoy de acuerdo, existe un agravio comparativo. Pero es lo que hay. Las celebridades, en todos los ámbitos, disfrutan o sufren ciertos privilegios o condenas. Abrazos
Eliminar¿Pero murió Neruda? Hay que visitar Isla Negra para darse cuenta de que vive aún, afortunadamente.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
La palabra nunca muere. Tampoco sus consecuencias. Me alegra verle por aquí, maestro. Un abrazo fuerte
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNeruda está muerto, pero su poesía y sus memorias siguen en mi modesta biblioteca, cuando las rescato de allí y las abro están vivas y coleando. Gran legado nos dejó el poeta. Un abrazo.
ResponderEliminarYa sabemos que no fue envenenado. El cáncer de próstata no precisa de aliados. Abrazos
EliminarUn blog estupendo felicídades.
ResponderEliminarGracias. Bienvenido
EliminarNeruda, es el poeta por excelencia, siempre permanecerá en algún recoveco de nuestras memorias; aunque estén empañadas con los visillos de los años y los secretos olvidados.
ResponderEliminarÉl sabía que la guadaña rondaba cerca. Cómo le fue sesgada la garganta: cáncer o veneno, será algo que se irá con el viento. Parece que gana peso “el maldito cáncer”. Su horóscopo de nacimiento. ¡Qué mala baba tiene la vida.
Un abrazo, Anna
Sólo suscribir lo que dices. Tan certeramente. Besos
EliminarNeruda vive. Al menos para mí... :)
ResponderEliminarBesos, José Luis.
Pd.: tienes activada la palabra de verificación. Por si te apeteciera eliminarla y no supieras cómo:
http://sombrasdeunimaginario.blogspot.com.es/2012/06/por-defecto-un-inconveniente-la-palabra.html
;)
En nosotros. Bienvenida. Besos
EliminarAunque nos dejó hace mucho y de muerte natural según tengo entendido, su poesía vive.
ResponderEliminarSaludos.
Totalmente de acuerdo. Saludos
EliminarEn algún lado escuché a Silvio Rodríguez cantar: Pero el poeta siguió muriendo. La fuerza del gerundio adorna este afán de darle explicación a tanto grande ido, también al morbo que nos corroe. Como si hubiera muerto del todo, lo cual es imposible para quienes vamos más preocupados por darle voz a quienes nombraron al amor.
ResponderEliminarEl gerundio que pervive y sabe para qué. Besos
EliminarY así vamos descubriendo cosas constantemente.
ResponderEliminarUn beso.
Y que no pare. Besos
EliminarAún muriendo, excelente título. Pues no tenía ni idea de que se hubiera comenzado este proceso de exhumación, a raíz de leerte esta entrada y hablándolo con un amigo, he sabido que lo ha solicitado la familia y que, parece que ya se sabe la causa de su muerte, cáncer. En definitiva, no, no termina de morir Neruda, aunque esa, leyendo su obra, es una certeza que se tiene. Un saludo, JLuis.
ResponderEliminarSete
Qué todas las certezas sean así de ciertas, de evidentes. Saludos
EliminarAñadir que, definitivamente, me quedo en tu espacio. (¿Acaso no lo había hecho ya...?)
ResponderEliminarMe alegro muchísimo.
EliminarNo hay noche que no pudiéramos escribir los versos más tristes al pensar en ese velatorio del cadáver de Neruda en una casa saqueada por los golpistas, inundada de agua y con los libros quemados. Escribo hoy con ventaja, amigo José Luis, porque ya se sabe que fue el cáncer el que lo mató, ayudado, supongo, por el acelerante de la tristeza. Un abrazo.
ResponderEliminarLa tristeza siempre echa una mano... generalmente al cuello. Algo de esto nos cuenta Machuca en su entrada de hoy. Un abrazo
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