La antológica tormenta del día 10 de agosto no pudo impedir que, un año más, la villa granadina de Gor celebrase la VIII edición de la Almendra de Plata, uno de los más importantes certámenes para novilleros de los organizados a lo largo y ancho de nuestra piel de toro. En esta ocasión, el máximo galardón recayó en el novillero murciano Antonio Puerta, de Cehegín, quien pese a su palpable inexperiencia hizo valer la mayor calidad del lote que le correspondió en suerte ante el postulante granadino Alvareño, que se fajó con bravura y buen criterio ante un ejemplar formidable de Sorando. Luego llegaron el granizo y las urgencias.
Capítulo aparte merecen las actuaciones del jaenero Juan Ortega, torero de pellizco que malogró con la espada una faena muy sugestiva, y la del vallisoletano Ricardo Maldonado, que quiso hacerlo todo como debe hacerse, pero su elegancia y pulcritud no llegaron a calar en los tendidos. Reportaje en Nómadas
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