Cuenta Antonio Enrique que uno de los nombres que integraban la lista maldita de Federico era el del escritor José Fernández Castro. Cuenta, además, que uno de sus verdugos lo borró de esa lista porque Fernández Castro había intercedido para que le permitiesen visitar a su esposa enferma en Valencia.
Lo cierto es que su nombre no fue borrado sino sustituido por otro, porque estimaron los ejecutores que una lista que se precie no debe quedarse coja. De esta forma -concluye Antonio Enrique-, se incluyó en su lugar el nombre de Dióscuro Galindo que fue, como es sabido, fusilado junto al poeta.
Galindo sufrió esa clemencia mal entendida, terrible, que es la que se esgrime para saldar una deuda. Fue, en definitiva, una víctima de la gratitud del verdugo.
Pie de foto: Cadena de favores. Martínez Clares, 2010.
No conocía esta historia y mientras leía tu entrada me preguntaba si Fernández Castro sabría el nombre de su sustituto en esa lista.
ResponderEliminarUn beso
No creo que nadie sepa que le han incluido en una lista. Eso se conoce después, generalmente. Las listas circulan, se actualizan y de ellas se van cayendo nombres sin motivo aparente. Las personas que confeccionan listas suelen tener criterios caprichosos, inesperados. Besos
EliminarNo conocia esta tragica historia que nos acerca un poco mas a la barbarie de la mente humana
EliminarUn abrazo
La circunstancias se desarrollan de forma caprichosa. Hoy estás escribiendo esto y mañana estás muerto porque alguien se ha creído capacitado para administrar la clemencia y la justicia en este mundo. Abrazos
EliminarLa vida efímera Jose Luis, la vida ese don que se nos va a golpe de calendario y por el capricho de otros, incapaces de ejercer misericordia.
ResponderEliminarUn abrazo
Líbrame de los magnánimos. Abrazos
EliminarCuando alguien "se cae" de una lista, otro alguien ocupa su lugar... Malditas listas.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Las negras, aunque, bien pensado, todas tienen mucho de oscuridad. Besos
EliminarQue bien les hubiera ido a tantos si en algunos casos no se pasase lista. Ahora que al parecer todos estamos en la lista negra, algunos tratamos de olvidarlo intentando adivinar la lista de un señor al que hace un par de años le nombraron marqués. Yo creo que él no quería título alguno, pero le tocó. Esta que tu nos traes tiene su aquel. Ya no se trata de si jugamos con falso delantero o no. Se trata de vidas humanas. Saludos
ResponderEliminarAh, el marqués y sus muchachos. Esta noche más, de lo mismo... esperemos. Un abrazo
EliminarNo lo sabemos, no podemos saberlo nunca, pero nuestra vida depende de esos golpes de azar, y puede llegar a ser tan frágil...
ResponderEliminarEs cierto, Juan, que la vida se reserva sorpresas, giros y casualidades que no dependen de nosotros y de los que, probablemente, jamás tendremos noticia. Seguimos la senda sin saber de algunos obstaculos del camino. Quizá sea más grato andar con los ojos cerrados para no tropezar. Abrazos, amigo.
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