Desde el primer momento, me sedujo el 4-4-3-3, la magia de los versos endecasílabos.
Después, también me gustó el 4-4-2, que es otra forma fulminante de organizar un once.
Ahora, Del Bosque, que de no ser por el chándal tendría pinta de poeta barroco, nos enseña que el 4-6-0 es el camino de la armonía y, de paso, demuestra que el cero no es un espacio vacío. Los zagueros italianos saben que, en él, pervive la estela del futbolista que lo ocupó. Su ausencia más rotunda.
Pie de foto: Vicente Del Bosque. Edición de Martínez Clares, 2012.
Siempre olvidamos al solitario portero. A ese que se enfrenta al disparo inmisericorde del delantero, a quien sufre ante la incertidumbre del penalti, al culpable del gol absurdo.
ResponderEliminarLa formación es 1-4-6-0. Si no hoy estaríamos llorando.
Muy cierto. Dicen que están todos locos. Quizá sea por todo eso que tú has dicho y por está omisión mía que es tan frecuente. Abrazos
Eliminarlo del 1-4-6-0 es sin duda una gran revolucion futbolistoica que ademas funciona
ResponderEliminarUn abrazo
Los argentinos son muy dados a buscar explicaciones metafísicas a estas cuestiones balompédicas. Por ahí hay una senda inexplorada, aún, donde sociólogos, psicólogos y filósofos pueden extender sus hipótesis. ¿No crees? Desde luego, un partido de fútbol y todo lo que lo envuelve es un fenómeno digno de estudio. Abrazos
EliminarNo entiendo de fútbol y no sé muy bien qué significan esos números, pero veo la fotografía de Del Bosque y enseguida me viene al pensamiento una de las palabras, para mí, más bonitas de nuestro diccionario: Bonhomía.
ResponderEliminarUn beso
Bellísima palabra y de muy difícil aplicación. Implica tantas cosas que muy pocos dan la talla. Besos
EliminarQue bien pensado. No se me había ocurrido. Y que magnifico entrenador Del Bosque. Solo nos depara alegrías. Un saludo. http://wp.me/pwJx2-2gx
ResponderEliminarY qué sigan, porque no es nada fácil regalar alegrías. Bienvenida. Saludos
EliminarMe gusta mucho esta interpretación poética-matemática que haces del juego de la selección, un juego tan pero tan sugestivo, tan pero tan placentero de ver. Una reflexión así de bella es una justa manera de devolverles a estos ya legendarios jugadores una parte del goce nada primario que nos han procurado –a mí también, que permanezco dos años (entre campeonato de selecciones y campeonato de selecciones) totalmente alejado del fútbol-. Hasta Muñoz Molina ha escrito elogiosamente –en un instante- sobre los méritos de estos jugadores y de este seleccionador… Algo debe de tener ese toque de balón cuando lo bendicen. Un abrazo.
ResponderEliminarNo voy a intentar explicar qué es el fútbol. Esa misión se la encomiendo a Muñoz Molina que lleva un par de decenios explicándonos muchas cosas. Además, no quiero saber en qué consiste el fenómeno balompédico, porque, desde que me explicaron en qué consiste el amor, a cada beso me imagino como se alborotan algunos de mis neurotransmisores. Qué magnánima es la ignorancia de ciertas cosas. Abrazos
EliminarEl misterio y la lírica que rodea al fútbol para mí sigue siendo una incógnita.
ResponderEliminar¿ Qué es aquello que nos encandila, nos acerca al tipo que tenemos al lado ondeando una bandera,una camiseta.. un montón de gente entusiasmada como si todos fueramos capaces de sentir al unísono la misma alegria la misma fraternidad..?
Pues es un balón, once tios y un seleccionador que nos ha conquistado por su humanidad, esa sencillez de la que otros carecen.
Abrazos
"Once tíos en bañador corriendo detrás de una pelota". Eso dijo mi padre después de toda una vida viendo fútbol. Se me heló la sangre. No quiso que le acompañará a ningún especialista, pero, al día siguiente, todo volvió a su cauce. Respiré aliviado. Fue sólo un impulso reflexivo. Besos.
EliminarNo entiendo de fútbol, ni me gusta, pero este señor me cae muy bien.
ResponderEliminarBesos desde el aire
De fútbol sabemos todos. Cuarenta millones de entrenadores. y algunos cobrando una pasta. Besos desde el césped.
EliminarPrecisamente ahora estoy leyendo "Un balón envenenado", una antología de poesía española dedicada a nuestro deporte/patrimonio nacional que te recomiendo encarecidamente. Porque aunque mi última entrada no lo demuestre, sí, también me gusta el fútbol.
ResponderEliminarCuídate.
La conozco. La buscaré. ¿Bético, tal vez? ¿Acaso sevillista? Me tienes en ascuas, amigo Rafael. Abrazos
EliminarMomentos para recobrar la lucidez y la memoria. Recuerdo especialmente a mi padre. Típico señor que usaba el transistor el domingo por la tarde como sinfonía de fondo. Y respecto de la selección,recuerdo muy bien sus pequeños disgustos primero y el abatimiento teñido de ironía después. Cada vez que nos eliminaban mas pronto que tarde, solía menear la cabeza y decía "está visto que no hay manera. Me moriré sin ver hacer algo como es debido a la selección".
ResponderEliminarY acertó. Fueron muchas, demasiadas tardes de fidelidad, sequía y decepción. Al final lo tenía asumido. Y otra vez le veía contemplar el camino de vuelta a casa con el rostro del fatalismo. Ante cada nueva cita yo le animaba. Más por él que por mi.
Ahora que ya no está, me acuerdo a menudo de él,pero nada como el día que España ganó el campeonato del mundo. Ese día llegaron de golpe las imágenes de tantas tardes aciagas. Me emocioné y hablé con él largo y tendido allá donde esté. ¿Has visto? el pase de Cesc a Iniesta bueno ¿eh? Y no hay fuera de juego. Y luego ¡como la pega!.Imparable. Y encima ante la naranja mecánica.
Fueron muchas décadas de sequía. Lo de Marcelino no lo vio. No se si me habrá creido cuando le he contado que le hemos metido cuatro a lo que él siempre llamaba "la temible escuadra azurra"...Un abrazo.
Son muchos los que ese día se acordaron de los suyos, de los que no pudieron verlo. La historia que cuentas es emotiva por lo cercana, impresionante por lo real, inolvidable. Es como el guión de una de esas películas que cuenta la vida de la gente corriente. Esas pequeñas vicisitudes que van dando forma a nuestra vida. Abrazos.
EliminarEl buen marqués es un poeta en lo suyo. Caligrafía sonetista, coreografía barroca. El tikitaka es un alejandrino. Casillas es un cancerbero épico. El fútbol,en verano, en estos tiempos, es una cosa poética si uno lo mira atentamente. Abrazos, amigo.
ResponderEliminarEn eso estamos. En buscarle las rimas al esférico. Abrazos
ResponderEliminarJose Luis,
ResponderEliminarHe llegado a tu Blog por medio de un amigo y lo cierto es que he decidido quedarme: me gusta.
Estoy de acuerdo tanto con la formación 1-4-6-0 (San Casillas es un bendito), como con la Bonhomía de Del Bosque (otro bendito con apariencia de poeta perdido).
¡Que nos duren por mucho tiempo! Un saludo,
Ann@ Genovés
PD. Te invito a que visites mi BLOG. El enlace de la última publi es:
http://annagenoves2012.blogspot.com.es/2012/07/bovary-xxi.html
Bienvenida, Anna. Un placer recibirte. Naturalmente, te devuelvo la visita. Saludos
EliminarDe vuelta a casa ..no quiero dejar de agradecerte tus visitas por el apartamento que espero siga abierto éste caluroso y desgarrado verano..mejor ni hablamos de lo que está pasando y lo que nos queda por vivir.
ResponderEliminarun abrazo y feliz verano de todos modos
Igualmente, Abril. Del mundo no hablamos. El calor me está secando el cerebro. Besos
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