A Capra, De Sica y Berlanga. Por regalarle a cada Navidad sus mejores
momentos.
El Hollywood dorado nos envió un
ángel para recordarnos que es bello sobrevivir a la desesperanza. No era más
que un hombrecillo menudo, como cualquiera de esos hombrecillos menudos en los
que nunca reparamos, pero, sin él, nuestro querido George Bailey no hubiese
celebrado la Navidad
cómo es debido.
Ustedes saben perfectamente que Clarence
aún no había ganado sus alas y que se encontraba en Bedford Falls, a más de
seis mil kilómetros de aquí. Esa adversidad fue la que le impidió llegar a
tiempo de guiar a Plácido en su desventurado itinerario por la Nochebuena. Afortunadamente,
teníamos a Berlanga -otro tipo que aún espera sus alas-, y por él supimos que
los pobres de espíritu disfrutamos de la magnanimidad de las élites cuando nos tenemos
que enfrentar a nuestras tentaciones más mundanas.
Aún así, sospecho que, aunque se
encontró con los más variopintos benefactores navideños, a Plácido sólo le
faltó el llanto pedagógico de un niño para acabar convertido en un perfecto
ladrón de bicicletas. Pero esa es otra historia, porque el neorrealismo no cree
en los ángeles y a los georgebaileys
del mundo jamás les concederá un respiro. Ni siquiera en Navidad.
Pie de foto: Cartel de
“It's a Wonderful Life” de Frank Capra (RKO, 1946).
No sé si los milagros existen, me cuesta creerlo pero intento no ceder a la desesperanza al menos mientras paseo por la nube imaginando ángeles benefactores o espíritus afínes, con o sin alas habitan por éstos espacios.
ResponderEliminarUn beso pre-navideño
Feliz Navidad, amiga Abril. Besos
EliminarPreciosa entrada aunque su trasfondo tenga saber amargo.
ResponderEliminarA veces escucho alguna campanita sonar...
Un beso alado.
Campana sobre campana. Feliz Navidad. Besos
EliminarDirectores y películas que no se darán nunca más. Plácido es una maravilla,amigo.Fíjate como el pobre hombre quiere pagar y no le dejan.Ladrón de bicicletas,una obra maestra absuluta.Y,ay,Qué bello es vivir es una película encantadora aunque en mi último post diga todo lo contrario respecto a lal memoria de un niño.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y felices fiestas,amigo mío.
Son tres películas que se quedaron conmigo por diferentes razones. Tres refugios a los que volver de manera recurrente. Feliz Navidad, amigo. Abrazos
EliminarCon la noticia de la subida de la luz el enfoque neorrealista se me ha hecho perdurable en la retina.
ResponderEliminarUn saludo, José Luis.
Yo ya le he echado el ojo a una bicicleta. Abrazos y Feliz Navidad
EliminarQue bueno Jose Luis. Siente un Bailey a su mesa. Antes me tomaba un lingotazo de crema Baileys, pero el neorrealismo (léase presupuesto) no me lo permite. No obstante Berlanga nos dejó un particular y nada plácido crhistmas válido para todo el año. Muy clarito lo dijo: todos a la carcel. Felices Fiestas
ResponderEliminarAh, Victor, qué gozada es el cine cuando sirve para gozar. Feliz Navidad, amigo. Un abrazo
EliminarSoy bastante antinavideña. Sin embargo, has tocado unos hilos muy finos...
ResponderEliminarFelices! Anna
Ah, esos hilillos... Besos y feliz lo que sea
EliminarOcurre que en realidad vivimos en Pottersville, no en Bedford Falls, y que la estrella de Belén petardeaba, se mecía en los baches y tenía una letra protestada, y aún así uno mira caer la nieve imaginaria y se dice aquello de búfalo no puede dormir no puede dormir no puede dormir, y algo de eso que llaman magia regresa a nosotros como los pétalos de Susie. Un abrazo.
ResponderEliminarPottersville cada día. Y son ya tantos, amigo Juan. Un abrazo y feliz Navidad
EliminarMe interesa tu blog y tu forma de escribir
ResponderEliminarUn saludo lleno de buenos deseos para vos
Gracias, amiga. Feliz Navidad
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