martes, 26 de enero de 2016

Kirieleisón

Ilustración de portada. María M. Bautista.

En marzo de 2013, Rafael Indi (Sevilla, 1987) nos presentó su primer poemario -aún inédito por obra y gracia del mercado editorial- Un aplauso americano. Escribía yo entonces, al respecto, que la poética de Rafael descansa sobre una sensibilidad alimentada por innumerables lecturas y nos descubre a un poeta sorprendente y ágil, un poeta lo suficientemente novedoso como para hacerme sentir que la noche es joven y yo me hago intolerablemente viejo.
Ahora, después de leer su última propuesta poética, sigo manteniendo todas y cada una de aquellas palabras. Con Kirieleisón (Ediciones En Huida, 2015), Rafael Indi ha decidido recorrer sendas poco transitadas por los poetas españoles contemporáneos. Se trata de otra vuelta de tuerca a una forma original de escribir y sentir la poesía que, partiendo del olor -esa primera verdad aprendida a golpe de lágrima-, se adentra, metáfora a metáfora, en las escombreras del individuo, esos lugares inhóspitos donde con frecuencia se esconden el recuerdo y la tristeza. Pero Rafael huye del patetismo que suele acompañar a los tristes vocacionales, pues considera que los que pierden, / ante todo, / tienen voz de jugador.
En este mundo confuso, tan nuestro, Dylan Munny busca su lugar, consciente de que no necesitamos cielos / donde florezcan dioses, aunque algún dios deje su impronta en las páginas del poemario. Nos encontramos ante un libro-poema cuyo protagonista estrecha las distancias que todavía separan a la indagación psicológica de la firme emoción de la palabra escrita. A través de los versos, cuya disposición espacial -casi geométrica- resulta clave para la interpretación visual del texto, el lector puede seguir las huellas de Munny -a quien intuyo como trasunto de Rafael- o atisbar los primeros indicios de la revolución que siempre nos aguarda a la vuelta de cualquier esquina. Ustedes eligen libremente sus opciones, pero, antes de abrir el libro, tengan presente esta fórmula: para los dioses decapitados / coronas de espinas.

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