Tal vez -objetivamente hablando-, felices sólo puedan ser los que están un poco locos, aunque sus ojos irradien aquellas pequeñas amarguras que antes se quedaban prendidas al sueño tenebroso de los niños.
Es común que el más cuerdo del lugar sea un loco que pasa el día encubierto por sus corduras momentáneas o que los más juiciosos coqueteen de vez en cuando con la locura, aunque sus caminos sean terribles y conduzcan a lugares que nadie quiere conocer.
Ellos, los más locos, parecen vivir despreocupadamente, sin clientelismos ni servidumbres, quizá porque no dependen de la amabilidad de los extraños, como le sucedía a Blanche DuBois en Un tranvía llamado deseo.
Dicen que a los locos es mejor recordarlos de noche y hoy he recordado a aquel loco de mi infancia. A él -que es un loco entrañable- todo le importaba un bledo, pero no soportaba que le reprochasen su manera de vivir. Cuando caía la tarde, en la fuente, los ancianos que sesteaban a la sombra le afeaban su conducta:
-¡Qué bien vives, José!
A lo que éste, sobrecogido por la insolencia, respondía indignado:
-Pues vive tú igual.
Pie de foto: Cary Grant, Josephine Hull y Jean Adair coqueteando con la locura en “Arsénico por compasión” (Frank Capra, 1944). Edición de Martínez Clares, 2012.
Como dice una canción, la gente inteligente espera pacientemente en la clínica mental.
ResponderEliminarEspero que estés llevando bien el verano José Luis, un abrazo.
Lo voy llevando sin ceder a las locuras que se me ocurren. Te aseguro que no son pocas. Aunque nunca serán suficientes. Un abrazo
EliminarYo ya tuve una inspiración modélica en su resolución cuando me preparaba para la comunión. A un amigo le preguntó el cura la típica frase "y tu que quieres hacer de mayor" y el contestó "vivir sin pensar". Siempre recuerdo aquello por cuanto el cura le respondió:" ¿será posible? No esperaba menos de ti, a lo loco, eres un caso Julito".
ResponderEliminarTu excelentre texto me lo trajo una vez más a la memoria. Un abrazo.
Un pecado incorregible para un niño de Comunión. Aunque bien pensado, para llegar a una conclusión semejante, hay que pensar mucho. Abrazos, Victor.
EliminarLocuras de verano o de invierno pero pequeñas locuras al fin que nos liberan de ataduras y cortesias idiotas..
ResponderEliminarlos niños, los locos, los borrachos y los idiotas yo no sé dónde colocarme.
¡Genial esas tias de Cary con servicio de "limpieza" !
Un abrazo
A ratos en todas partes. Y qué no falte amiga. Qué bella es la idiotez de beber hasta la locura para sonreir como un niño. Besos.
EliminarLocura y felicidad, qué bien casan estas dos palabras. Mientras leía tu entrada y esa mención al loco de tu infancia, recordaba al loco de la peli Cinema Paradiso, aquél que siempre decía..la plaza es mía, la plaza es mía!.
ResponderEliminarQué maravillosa locura es la peli Arsénico por compasión...
Un beso loco
Oh... Cinema Paradiso... es tan mía, tan cercana. Qué maravilla tener pueblo con loco, con guión y con nostalgia. Besos.
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