A Carmen Coronado García. In memoriam.
Soy un espectador incansable. No me he movido de la butaca en todo el verano.
Permanezco agazapado en el West Egg, la parte menos elegante de las dos opciones que el calor depositó sobre mi mesa. Desde aquí, todo queda demasiado lejos.
Anochece. Juraría que Gatsby ya estará luchando contra el tedio.
Debería buscar más hielo, servirme otro güisqui, releer estas líneas hasta encontrar su melodía, porque un verano sin música es algo muy parecido al invierno.
Pie de foto: Geometría de un apeadero. Martínez Clares, 2008.
Lo aplaudo, subscribo y me afilio a esa pereza noble e inteligente. Un abrazo.
ResponderEliminarEmilio Calvo de Mora.
Esa pereza invencible que sólo existe, realmente, en las páginas de los libros que hablan del verano sin nombrarlo en exceso. En ellos, el calor es la tinta que va dando forma a las palabras. Abrazos
EliminarParece que en breve estrenarán una nueva versión de la maravilla de Fitzgerald. Me quedo con la última frase, aunque por elegir soledades, prefiero una soledad a 10 grados.
ResponderEliminarCuídate.
En uno de sus artículos memorables, Juan Herrezuelo hablaba de las dificultades que siempre encontraron quienes se han enfrentado a la labor de llevar a Gatsby a la gran pantalla. Esperemos que esta vez estemos ante un producto redondo.
EliminarYo también prefiero la soledad a 10 grados. El fresco todo lo calma, incluso a las ideas más descabelladas. Me cuido a fuego lento. Abrazos
Me derrito lentamente en ésta pereza.. pero me acompaña Billie Holiday y un libro.
ResponderEliminarMi vecino no es Gatsby..¡lástima!
Besos
Tampoco está mal la Holiday como vecina. Tal vez, su tristeza sea más patente que la de Gatsby. La de este último podría perecer, a simple vista, hartazgo. En fin, codeándonos con seres de esta belleza excepcional vamos pasando el verano. Sin apenas darnos cuenta. Sin pausa aparente. Besos
EliminarSiempre me ha caido estupendamente Nick y su camaradería repleta de observación y silencios. Un tipo listo, muy sabia la decisión de hacer acopio de más hielo. Lo va(mos) a necesitar. Un abrazo.
ResponderEliminarEs un personaje que me fascinó desde un principio y con el que me identifiqué en cierto modo. Lo de que soy un espectador incasable, no es una figura literaria. Sólo Carraway puede superarme en esa labor fascinante: mirar, interpretar y olvidar para poder mirar de nuevo. Un abrazo
EliminarSi tuviera un vecino como el Sr. Gatsby no me importarían nada sus ruidosas fiestas. Es más, estaría deseando que me invitara. Estaría encantada, vamos...
ResponderEliminarEl verano se me haría menos tedioso...
Yo pondría una música muy suave..de esas que hacen que nos arrastremos a su compás.
Un beso.
Nadie como tú para pinchar esa música. Creo que Gatsby, una vez informado, debe estar barajando tu nombre como responsable de la atmósfera que una fiesta de este calibre necesita. Un beso
EliminarLa vida es solo esa vuelta que damos en la cama, entre sueño y sueño, o dentro del mismo sueño. La vida es un cambio de postura en la gran siesta de la eternidad.
ResponderEliminarUn abrazo
Una siesta que te deja con los huesos molidos, pero a la que nadie podemos renunciar. Descansemos un rato en estas palabras tuyas. Ya les voy cogiendo la melodía. Abrazos
EliminarEs duro luchar contra el tedio con tanto calor aplastándote en la butaca, el hielo puede ayudar, pero se derrite pronto...Soy mujer de días fríos.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Lo comparto. Los días de verano son demasiado empalagosos. El calor no se cansa de hacernos cariñitos y, a mí, me espanta tanta dulzura. Besos
EliminarO un vaso de ginebra helada al borde de la piscina, como escribió José Carlos Llop en un poema sobre Scott Fitzgerald. Feliz brindis, compañero
ResponderEliminarEsa piscina donde antes habremos perfeccionado la patada de braza. Aún guardo el recuerdo intacto de tus "nadadores". Aún saboreo sus palabras, sus escenarios. Son algunas de las imágenes que me han acompañado en estas noches húmedas del verano. Un abrazo
EliminarDe regreso de los escenarios de mi infancia –ese paraíso cada vez más perdido, pero aún no del todo-, me encuentro con la maravillosa sorpresa de encontrar en tus palabras efímeras –pero siempre abiertas a múltiples caminos- esos seres tan especiales para mí, Nick y Jay, Carraway y Gatsby, o dicho de otra manera: la eterna dualidad del que observa y el que actúa, el que escribe y el que tiene la historia (y con la sorpresa más grata aún de que tienes la gentileza de citarme en una respuesta: gracias, amigo).
ResponderEliminarRecupero poco a poco mis constantes digitales.
Un abrazo.
Los paraísos a veces deben ocultarse para poder seguir siéndolo. Es normal que te cite, puesto que eres uno de los habituales del West Egg. Bienvenido. Por aquí, todo sigue igual. Ya sabes... el verano. Un abrazo.
Eliminardesde el peru un abrazo
ResponderEliminarQué lejos te has ido. Abrazos
EliminarQué curioso se lee al oro etílico en castellano. El mío con hielo, por favor.
ResponderEliminarPero sabe igual y sus efectos son similares. Tres cubitos para el señor. Abrazos
EliminarHagamos que la música suene en cualquier estación.
ResponderEliminarUn saludo
En eso estamos. Ya empiezo a oirla. Saludos
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