Dice Santiago Auserón que actualmente
existe una tendencia a convertir a cada individuo en un centro de
comunicaciones que difunda banalidades.
Se trata de una magnífica
reflexión.
Pero lo mejor de todo es que lo dice
en tan sólo 105 caracteres.
Pie de foto: Santiago
Auserón. Sitio web de la imagen.
Y le han sobrado caracteres, extraordinaria capacidad de síntesis. Las redes sociales se sostienen de reclutar y mover datos de la gente, por lo que su cometido es saber más y más de nosotros. Decir que exhibicionistas los ha habido siempre, solo que actualmente, en la proliferación de estas redes han encontrado muchos la horma de su zapato. Otros, en cambio, sabemos bien el tesoro que es la intimidad de uno y los nuestros, así que no estamos dispuestos a banalizar con ella. No comprendo, amigo José Luis, que haya gente que no daría a un desconocido en la calle una fotografía de su hijo pequeño, ni tampoco una propia, o datos personales propios o de los suyos, y sin embargo ofrecen esa misma información a cientos de desconocidos en las redes sociales sin recelo alguno...
ResponderEliminarEs de locos.
Buena entrada.
Un abrazo.
Si quieres saber algo de alguien, busca en su facebook. Te podrías sorprender de lo que pone la gente. Besos
EliminarEl Sr. Auserón acostumbra a dar en el clavo, aunque sea con pocas palabras.
ResponderEliminarEs un filósofo a pie de calle.
EliminarYo banalizo, tú banalizas, él banaliza..no es nuevo, sólo es que la estupidez se ha extendido hasta el infinito y más allá.
ResponderEliminarBesos 2.0
Algunas banalidades me encantan. Quiero decir que el cine o la literatura serán banalidades para mucha de la gente que banaliza en las redes. Besos
EliminarNo pienso entrar en twitter. Odio la calidad del discurso tuiteado. Todo el mundo tuitea constantemente. Todo el mundo está pegado a su móvil las veinticuatro horas y ¿por qué la gente se siente tan sola? El reducido vocabulario de la gente hace que cuando se ven cara a cara no saben que decirse, o como decir lo que sienten, porque creo que tampoco lo saben. Últimamente, en mi casa, me despido de la gente cerrando la puerta que separa mi casa de la realidad de ahí fuera. Ese lugar lleno de teléfonos conectados, redes inalámbricas y cambiantes estatus de Facebook que hace algún tiempo conocemos como el mundo real.
ResponderEliminarAbrazos, amigo.
Vivimos una mentira, una vida digital que no es palpable. ¿Consecuencias? Ya las veremos. Un abrazo
EliminarEso es la libertad, poder banalizar a gusto. Dejemos la seriedad para el mundo real.
ResponderEliminarUn saludo, José Luis.
El mundo banal... es cosa seria. Sí, amigo Rafael. Un abrazo
Eliminar¡Este tuit, mola!!!
ResponderEliminarSin rodeos.
EliminarToda la razón.
ResponderEliminarSaludos.
Coincido. Saludos
Eliminarse podrá decir más alto.....pero más claro y directo....a buen entendedor...un abrazo
ResponderEliminarJuan Perro nunca grita. Ni siquiera en su canción. Un abrazo
Eliminar¡Me parto!
ResponderEliminar7 caracteres. Con la exclamación, 9. Un abrazo
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