A veces, conviene leer la vida
desde una sentimentalidad diferente. La perspectiva que nos ofrece el humor bien
podría ser una opción. Me refiero al bueno, naturalmente. Pongamos como ejemplo
el Holocausto: La lista de Schindler (Steven
Spielberg, 1993) es un ejercicio perfecto de maestría cinematográfica. En
cambio, La vida es bella (Roberto
Benigni, 1997) no es más que una progresión melodiosa de emociones. Ambas
ocupan un lugar destacado en mi cinéfilo corazón, pero sólo la cinta de Benigni
me lo pellizca a diario.
Ambas abordan el mismo horror con una mirada diferente. Pero detrás siempre está el hombre, la supervivencia. "La vida es bella" es un cuento cargado de sentimentalismo, a mí me cuesta creer que se puede..ese padre que inventa..no sé. Se trata de emociones y de humor desde luego, del bueno.
ResponderEliminarEl mensaje es el mismo, siempre hay una luz al final del tunel o a pesar de. Me cuesta creer.. pero los niños siempre están dispuestos a vivir la fantasia más que la realidad..¡y qué no haremos los adultos por ellos!.
Un beso, con humor sentimental
En el cine todo es mentira. Consiste en eso. En creérnoslo. Aunque no haya quien se lo crea. Besos
EliminarEs cierto, lo comparto todo es mentira. Hablo en concreto de ésta pelicula, le dí un segundo visionado y se me cayó bastante. Es una cuestión muy simple y subjetiva, te llega o no te llega, es posible que tenga mucho que ver con el hecho de que no me entusiasma Benigni.
EliminarNada que objetar a su banda sonora bellisima
Tienes mucha razón... o te llega o no hay nada qué hacer. Besos
EliminarPor cierto, a mí tampoco me entusiasman el resto de Benignis...
EliminarNo puedo que estar totalmente de acuerdo contigo José Luis.
ResponderEliminar"Abril en parís", no se trata de valorar las películas necesariamente con un metro que mida la verosimilitud con la realidad...es justo esto lo que Benigni NO hace en su película, ofreciéndonos una herramienta potentísima para enfrentarse a cualquier tipo de dificultad en la vida!
Lo de Benigni es un cuento con toda su crudeza. Una apuesta arriesgada que tuvo sus detractores. Un abrazo
EliminarEstoy de acuerdo,nada que oponer a esa herramienta potentísima, hablo desde la subjetividad. Lo que a mí me transmite.
EliminarSaludos
La vida es bella es una de esas películas que te encandilan o cuyo surrealismo te aburre, soy de los segundos, que le voy a hacer, su banda sonora de piano la llevé un tiempo en el móvil, qué buena. La lista de...es una buena película aunque abordada con mucha dureza, tiene una música maravillosa también, de violines creo.
ResponderEliminarBuena confrontación esta tuya.
Un besote.
Dos formas diferentes de mirar, que no deforman su objeto de estudio. Besos
EliminarDos grandes películas pero me pasa como a ti, mi pellizco en el alma se lo lleva La vida es bella.La Lista de...sólo la he visto una vez, La vida es bella tantas que ya perdí la cuenta. Para mí sí es un historia creíble. Alguna vez lo he pensado y creo que sería capaz de crear esa fantasía en medio del horror para que un hijo mío sufriera menos. Al menos lo intentaría. Me parece un película redonda y su banda sonora va siempre en mi coche.
ResponderEliminarBuenos días, princesa. Esa frase es para mí como una oración.
Besos
Yo me lo creo todo. Confío en la excepcionalidad. Así me va. Besos
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ResponderEliminarCorrían los años del tardofranquismo en una provincia de tedio y plateresco. En la provincia teníamos cinco cines de reestreno. Las películas llegaban con un retraso, a veces, hasta de treinta años, pero no nos importaba. Se apagaban las luces y descubríamos el cine como si fuera la primera vez. Las películas eran una esperanza que cumplían su cometido. En mi ciudad, con sus cines, hoy desaparecidos, apenas necesitaban sus habitantes ir al psiquiatra. Viajábamos siempre a través del tiempo y moríamos menos. Por aquel entonces, descubrimos que todo sucedía siempre la primera vez en la pantalla. Era como una especie de condena de lo eterno. Ni la muerte ni el tiempo existían para el cine. Los sentimientos no son el lugar donde vivimos, sino donde soñamos, y la eternidad dura lo justo. "El cine nos dio la medida de nuestra miseria, de nuestra vida, de todo lo que no éramos", dijo Francisco Umbral, en fin, que te cuento todo esto porque a mí me ocurrió lo mismo con la película La gran evasión, la evasión tan necesaria para hacernos grandes.
Fuerte abrazo, amigo.
Nada malo puede sucedernos mientras soñamos ante una pantalla. Un abrazo, amigo
EliminarEs la mejor tradición del cine italiano, véase 'Milagro en Milán'. Siempre con el peligro de que el público soslaye lo necesario de la evasión y no tome en serio el drama. Por esto me quedo con la obra de Benigni, por su arriesgada propuesta.
ResponderEliminarUn saludo, José Luis.
De cine italiano, un rato largo. Son las secuelas de haber convivido con mi padre durante años. Humor y elegancia mediterráneos. Un abrazo
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