Con frecuencia, la repetición de muchos días acaba por dar forma al recuerdo de uno en particular.
Lone Scherfig utiliza este recurso tan literario en One day (Universal, 2011), cuyo guión, basado en la novela de David Nicholls, nos sugiere que la vida pudiera ser únicamente una sucesión de encuentros y desencuentros.
Y yo -cada vez más seducido por la cotidianidad de Anne Hathaway- me planteo si no será un capricho de la literatura el regalar la inmortalidad a los recuerdos más indefensos.
Pie de foto: Memorias de la cala de Enmedio. Martínez Clares, 2010.
La literatura es caprichosa en todos sus àngulos.
ResponderEliminarun fuerte saludo
fus
Fus: mucho, más de lo debido. Saludos
ResponderEliminarTengo en mente ver esa pelicula desde que vi el trailer
ResponderEliminarUn abrazo
Con las letras podemos crear lo que la vida no nos deja...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Es parte de la magia de la literatura. Regalar la inmortalidad a recuerdos, personajes, lugares..
ResponderEliminarUn beso
¿Y en este caso el cine es lo suficientemente literario para expresar esa idea?
ResponderEliminarNo he visto la película, pero no siempre las expresiones literarias pueden ser llevadas con fidelidad al cine; sus lenguajes son diferentes.
Juanjo: es una buena película, sobre todo si vas a verla pensando que se trata de otra comedia romántica sin pretensiones. Se le nota el aroma británico. Abrazos
ResponderEliminarRosa: es cierto que la escritura te hace sentir a veces muy poderoso... otras, en cambio, eres consciente de tu levedad. Besos
ResponderEliminarMyra: mucha razón tienes. Un beso
ResponderEliminarRafael: con frecuencia las películas que quieren ser expresamente literarias son las menos literarias. Lo mismo le pasa a los libros. Saludos
ResponderEliminarCómo me gustaría atesorar muchos recuerdos indefensos...
ResponderEliminarCierto, Francisco. Comparto tu anhelo. Saludos
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