Como la mayoría de ustedes, ya he
visto Cuerdas. Quiero decir que ya he
visto de forma gratuita este magnífico trabajo del que se supone que deberían
vivir sus creadores. Alguien, seguramente cargado de buena voluntad, lo colgó
en Youtube y, ahora, se ha convertido en la sensación del año. Silba nuestro
telefonito y ya está aquí Cuerdas,
complaciente, dispuesta para ser vista, entre lágrimas, por toda la familia.
Sabemos, además, que detrás de Cuerdas se esconde una historia tan
emocionante como la de ficción, pero esta historia nos conmueve menos, porque
la realidad se mueve como un elefante en una chatarrería y a nosotros hace
mucho que nos incomoda el ruido.
La publicación de Cuerdas perjudica a la cinta con vistas
a su selección para próximos festivales y certámenes, pero sobretodo perjudica
a sus creadores, a talentos como Pedro Solís García y a todos aquellos que
alguna vez aspiraron a vivir de algo tan digno como hacer que la gente se
emocione.
Pie de foto: Cartel de
Cuerdas.
PD: Si en este momento tienen la
misma mala conciencia que tengo yo, vayan al cine (si alguno de estos cines
monstruosos que tenemos actualmente nos lo permite) y paguen por volver a ver Cuerdas.
Primero nos conmueve la historia que hay detrás del corto (excelente) y ahora nos perturba el hecho de ser parte de algo que no sabiamos.
ResponderEliminarIremos al cine, si nos dejan.
Internet como herramienta, un cuchillo de doble filo.
Besos
Ni siquiera sabemos si ya ha estado en cines o no. Es difícil acceder a este tipo de trabajos. Besos
EliminarLo había visto, lo reconozco, pero ahora no sé dónde acudir a enmendar mi conciencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nos sucede lo mismo a muchos... Pero algo falla en la industria si la gente no sabemos dónde enmendar nuestras conciencias. Abrazos
EliminarNo lo he visto pero sabía de su circulación por la red. De todas formas, si lo hubiera visto, no me sentiría culpable porque sinceramente pienso que el problema no está en mí. El problema, o la culpa, va más allá de nosotros los espectadores porque nosotros somos unas víctimas más en esta cadena de injusticias y cosas mal hechas que hay en la actualidad.
ResponderEliminarEspero que no te molesten mis palabras, hablo desde mi sinceridad.
Un beso
Falla el sistema, está claro. Y falla la legislación. Y falla la misma Industria Cinematográfica. Y su distribución. Y los cines de la actualidad, que no son cines. Y, claro, nosotros, que somos el último escalón del despropósito. Pero, por supuesto, que no me molesta, amiga. Besos
EliminarEl otro día me llamaron gilipollas por escuchar música a través de mi cuenta de pago de Spotify y no bajármela gratis y pirata. En este país el que paga por ir al cine, por la música y por los libros es el tonto del pueblo, y hasta que no cambiemos esto, vamos mal. Otra cosa es que la industria tenga que adaptarse a los nuevos tiempos, hemos cambiado la forma de ver cine y de escuchar música, eso está claro, y la industria del cine y de la música, las más afectadas por las nuevas tecnologías, tienen que asumir eso, de hecho ya lo están haciendo y adaptándose, no les queda otra. Creo que también falla la legislación en este asunto. Supongo que es una cuestión de equilibrio entre el acceso a la cultura y su divulgación y el respeto a los derechos de autor. Un tema complicado. Me va a costar no abalanzarme a YouTube después de lo bien que lo pintas, buscaremos la manera de que los creadores vean recompensado su trabajo no sólo con alabanzas y palmaditas en la espalda. Un abrazo.
ResponderEliminarUn análisis certero, amigo. Esta situación ya clama al cielo. Abrazos
EliminarPues no lo conocía ni lo conozco. Vamos que si me preguntas hace cinco minutos que es cuerdas suspendo fijo.
ResponderEliminarVeo que alguien ha subido a la red el corto y ahora si estrena....ya veo ya...En fin, es que estamos como estamos. Como dicen más arriba el eterrno dilema entre la posiblidad de acceder y los derechos. Dificil lo veo...un abrazo
Nos tienen que ofrecer el producto, aunque no sea rentable. Debe estar al alcance del consumidor de cine. El sistema falla porque produce para no consumirlo después. Un abrazo
EliminarNo conocía esto y a pesar que me dices que está disponible en Internet, íntentaré buscarlo en algún cine! Esto de los derechos de autor es realmente un problema en la era digital...se deberían organizar tour "live" de peliculas como hacen los cantantes para sortear el desplome de la venta de CDs....aunque en la musica como en el cine creo que existen demasiados intermediarios por el medio que no añaden nada y que pero quieren llevarse su propio pellizco por no hacer nada....!
ResponderEliminarLos intermediarios tan necesarios como suprimibles. Un abrazo
EliminarNo la he visto. La veré en el cine... ;)
ResponderEliminarBesos desde el aire
La verás y la disfrutarás. Besos
EliminarNo sabía de esta obra, prueba palpable de lo ajeno que vivo a mi presente. Como Álvaro Bernal, también yo arrastro entre mis conocidos fama de gilipollas por ver las películas en el cine, esperarme al DVD o comprarme clásicos. En España rige para estas cosas el chiste aquél del avión en que viajaban un inglés, un japonés un lo que sea y un español, y en el que nuestro compatriota evidenciaba ser el más listo, porque pudiendo disfrutar gratis de una obra musical o cinematográfico había que ser rematadamente tonto para pagar por ella. Pero eso sí, qué corruptos son los corruptos, ¿eh?
ResponderEliminarYo también tengo una videoteca que alarmaría a cualquiera de nuestros listos. Nos toca ser tontos, pero "honraos" que decían en mi pueblo. Un abrazo
EliminarPues yo necesitaba un comentario como el tuyo, de modo que me arreglaste la mañana. Un gran abrazo.
ResponderEliminarPara eso estamos, maestro. Para eso estamos. Un abrazo
EliminarLeí esta entrada en el momento de su publicación pero como no había visto el corto no tenía nada que decir. No sabía de su existencia, en realidad, lo acabo de ver y es un trabajo magnífico. Uno va en una montaña rusa de emociones dispares mientras lo visualiza, y es que María es una niña increíble y especial que rebosa ingenio y empatía. Lo que hace que esta historia le llegue a uno al tuétano es el hecho real que la inspira. Me encanta la comparación que haces con el elefante, tienes toda la razón, menos mal que está el arte para hacernos calzar estas cosas.Lamento que se haya violado el copyright y que esto haya perjudicado a los creadores del corto de cara a festivales. Como el daño ya está hecho y, viendo la parte positiva, yo aún estoy emocionada, once minutos pueden cambiarle a uno todo un día...
ResponderEliminarMe ha encantado tu crónica, muchas gracias.
Sete.
Y a mí me ha encantado tu comentario. Saludos
EliminarTampoco la he visto, se ve que ando por los márgenes sin enterarme de nada. La dejo apuntada para el cine.
ResponderEliminarY estoy de acuerdo en que entre el despropósito general, nosotros ponemos nuestro grano de arena y no debemos excusarnos puesto que algo podemos hacer al respecto.
Un abrazo!!
Hay que despojarse de la pata de palo. El entorno no justifica nuestras actuaciones personales. Un abrazo
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