Se me muere Panero sin que yo le
haya leído una sola línea. Se me muere inédito, como tantos otros a los que
tuve que leer póstumamente. Se me muere y ya caen en mis manos estos versos suyos
que certifican mi irresponsable inercia de lector inhábil, mi tardío y
calamitoso acercamiento al genio: “Aun
cuando el musgo concluye mi pecho, / el terror remueve las cuencas vacías”.
Panero se me muere como no
quisiera vivir ningún poeta: prisionero incesante en un atroz mundo de versos.
Pie de foto: Leopoldo M. Panero. Sara del Castillo para Jot Down Magazine.
Lástima que se tenga que ir para que yo los descubra, lo siento por mi y por ellos más aún.
ResponderEliminarDescanse en paz.
Nos pasa a menudo. Vemos apenas las estela. Abrazos
EliminarQué bonito te expresas, amigo, ahora y tantas otras veces. A Panero lo he leído poquísimo, apenas unos pocos versos. Hay tantos poetas, es imposible. Ahí queda su legado, todo a su debido tiempo.
ResponderEliminarUn recuerdo a Panero y un abrazo para ti.
Llegará su momento entre nuestras manos. Abrazos
EliminarHago mías tus palabras, aunque sí he leído a su padre y a su hermano Juan Luis, y la verdad es que este último no me entusiasmó demasiado, mi recuerdo de la familia Panero está un poco devaluado.
ResponderEliminarUn saludo, José Luis.
Pues yo ni eso, amigo Rafael. Un abrazo
EliminarTriste resulta que toda la saga familiar sea más conocida por su desahogo y sus trifulcas en una película desencantada que por sus letras.
ResponderEliminarLo curioso del caso es que ni siquiera eso sirvió para que el público profundizase más en sus letras. Ya se han apresurado a decir eso de autor maldito. Gran parte de la culpa, tienes razón, es nuestra. Un abrazo
Maldito es un apelativo que debería haber provocado, por sí solo, el éxito rotundo. Creo que era más bien un autor marginal, lo que, sin duda, engrandece su figura. Abrazos
EliminarEs una pena lo que voy a decir,pero los poetas ganan más cuando ya no están, y leerlos con el tiempo, a contratiempo, a destiempo, es leer la poesía, sentirla. No está el poeta físicamente pero sí sus versos etéreos que ya pululan por el aire, por el viento, a través de todas las épocas que le puedan quedar al ser humano. Estarán aquí y allí para siempre, para quien esté preparado, ya sea bajo una higuera o bajo el puente de la desesperación. Recuerdo cuando murió el grandísimo poeta gaditano Carlos Edmundo de Ory casi nadie se enteró o, peor, nadie lo conocía. Todavía sigue en el olvido pero algún día alguien lo descubrirá, cazará sus versos, cazará estos versos: "Seré mi isla propia, un vestigio de tierra infecunda, un corazón jamás arrepentido, pero solo, siempre solo, recordando el mar." Panero te espera, amigo, o mejor dicho, sus versos ya vuelan hacia ti.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Carlos Edmundo de Ory es casi un ser mitológico. Tal es el desconocimiento que despierta su figura. Abrazos
EliminarYo tampoco he leído nada de su obra pero ayer, con motivo de su fallecimiento, leí parte de un poema suyo que me sobrecogió. Lo he buscado pero nada, no lo he encontrado. Me hgabría gustado poner una parte de ese poema o al menos su título.
ResponderEliminarCreo que fue uno de estos poetas llamados malditos, más conocido como personaje que como poeta.
Quizá ahora encuentre esa paz que no encontró en vida.
Un beso.
Esperemos que así sea. Un beso
EliminarNo he leído sus versos, pero un libro suyo de relatos, titulado "El lugar del hijo", nos perturbó muchísmo a los veintitantos. Escrito a sus 28 años, hay en sus historias un algo muy muy inquietante, muy "poético", pero de Poe. Recuerdo que el libro, editado por Tusquets, llevaba una sorpresa en la última página, a la que uno llegaba con un escalofrío: el dibujo perfectísimo de una mosca. Da algo de miedo asomarse a sus versos. Un abrazo.
ResponderEliminarBuscaré esa propuesta que me traes, aunque los veintitantos ya me queden muy lejos. Un abrazo
EliminarMe ha gustado tu honestidad. Un secreto: Panero arrastra...
ResponderEliminarAbrazos, Anna
Uno lee lo que puede, pasa de puntillas por muchas partes y, en la mayoría de los lugares, ni se detiene. Cada minuto cuenta. Besos
EliminarMe pasa continuamente y no dejo de lamentarlo, llego tarde o quizás no..el encuentro con el poeta siempre es bienvenido. Necesitamos muchas vidas.
ResponderEliminarBesos
Nunca es tarde para lo escrito. Un beso
EliminarBonito homenaje. Yo sabía más del personaje que del poeta. Me impactó mucho el documental de Chavarri "El desencanto".Un abrazo.
ResponderEliminarEl personaje legendario. Recuerdo alguna entrevista que me resultó espectacular. Abrazos
EliminarNi aún viviendo mil vidas...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Ni dos mil... Besos
EliminarMuy profundo sentir.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
El sentir mejor por dentro. Muy adentro. Abrazos
EliminarYo no salgo del "Desencanto", eso sí la he visto varias veces y siempre me impacta como la primera vez.
ResponderEliminarUn saludo!
Pues yo tengo que verla. Anda escaso de tiempo y de otras cosas. Un abrazo
EliminarA veces la muerte del poeta nos trae al poeta, larga vida a Panero!
ResponderEliminarun saludo
Eso es indudable. Larga vida a Panero. Saludos
EliminarPor cierto, has visitado mi blog?no se si se puede y puedes comentar....es una duda técnica,
ResponderEliminarun saludo
Larga vida a todos los Panero que desde su confusión( o no tanta) nos dejan una poesía tan hermosa.
ResponderEliminarSaludos
Larga vida a ellos y a su huella imborrable. Saludos
EliminarSolemos acordarnos de la sed cuando se nos escurrió el agua, querido amigo. A mí también me ha pasado.
ResponderEliminarAbrazos.
Andamos sedientos de vez en cuando, afortunadamente. Abrazos
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