lunes, 1 de septiembre de 2014

El coraje, todavía (I)

III Encuentro Nacional de las Artes y de las Letras del Mediterráneo
Homenaje a Pilar Quirosa Cheyrouze

Nadie puede negar que Pilar Quirosa es nuestra poeta de Almería, aunque llegase aquí después de un cierto periplo vital. Nadie puede negarlo porque ha sido en esta tierra de luz meticulosa donde Pilar ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria poética. Y esta tierra, que es una madre severa moderada por la luz tierna de la historia, una pasión extrema en la que el sol asfixiante invita a desprenderse de todo lastre, se ha convertido en el escenario natural que determina el lirismo, la cadencia y el aroma de sus versos. Pilar que nos escribe “Y, sin descanso, costea mi frente el mar”. Ese mar antiguo, el rito inextinguible del agua, los tiempos ancestrales. El Mediterráneo empapando cada uno de sus recuerdos, fluyendo en la intensidad de los azules, llegando a nosotros a través del oleaje de la memoria. Y el presente que nos parece un baño de sal en la bajamar de cada día.
Pilar Quirosa es una de esas poetas de extensa producción que han sobrevivido, pese a todas las inclemencias sociales y culturales, a la desaparición de las clases medias literarias, y que continúan en la brecha en unos tiempos en que publicar un libro te puede salir muy caro. Y esto no es ninguna metáfora. Es, además, una persona que se ha implicado, desde siempre, en la vida cultural y social de esta ciudad, hasta tal punto que, con frecuencia, no resulta fácil discernir cuál es la vida cultural de Almería y cuál la de Pilar Quirosa.
Decidme si no es verdad: Pilar siempre nos recibe con una sonrisa inabarcable. Se diría que los verdaderos poetas no conocen el divismo. Y, a partir de ahí, todo resulta emotivo porque por fortuna todavía quedan personas como Pilar, personas a las que alguien les regaló esa chispa que prende la llama inefable de una emoción, el fuego alucinado de la Poesía. Para mí es un placer escucharla en cualquiera de sus vertientes: cuando nos presenta al autor de turno con devota admiración, en la mayoría de los casos, y, cómo no,  cuando es ella misma la que nos lee sus propios poemas (qué merito tiene leer bien un poema. No digo recitarlo. Hablo de leerlo bien. Leerlo como lo hace Pilar).
Pie de foto: Algunos de los participantes en el acto. Sitio web de la imagen.

6 comentarios:

  1. Magnífico texto para una maravillosa persona. Qué acertado lo de la supervivencia a la desaparición de las clases medias literarias, y qué justo, qué oportuno cuanto dices de nuestra común amiga Pilar. No podías haber retornado con mejores palabras, José Luis: las disfruté aquel día del homenaje y las disfruto ahora, con más calma. Un abrazo fuerte.

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    1. Fue un día inolvidable dedicado a nuestra amiga. Esperemos vernos pronto en otra similar. Un abrazo

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  2. No tengo el gusto....ni he leido nada suyo.Pero si quien no necesita aval alguno viene flanqueada por ti y por el loser, no hay más que hablar. Si digo que voy a anotar su nombre, aunque no se cuando podré leerla, este verano he leido la mitad de lo que me propuse y tengo aun cosas pendientes.
    Si que tiene mérito leer bien un buen poema, interiorizarlo y transmitirlo a otros...un abrazo

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    1. Te gustará, amigo Víctor. Hay mucho cine y mucha música en sus versos. Abrazos

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  3. Jose Luis:
    Leer un poema es tan meritorio como crearlo. Da igual que sea un poeta de a pie o uno de tribuna; para mí, todos estamos en la misma esquina. ¿Quién mejor que el autor para leer los sentimientos escondidos entre sus versos, aquellos que sólo los audaces sensibles o los cercanos, son capaces de entrever? Una entrada verdaderamente emotiva y sincera. Gracias por compartir. Un abrazo, Anna

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